“Malacrianza”, la película salvadoreña escrita y dirigida por Arturo Menéndez y en la que Andre Guttfreund colaboró como productor creativo, ha comenzado a trascender fronteras: fue estrenada el 4 de octubre en el AFI Silver Theatre, Washington, y contó con la asistencia de 450 personas, 50 más del espacio disponible en la sala.
Por ello, el lunes después del estreno, fue abierta otra función en una sala más pequeña para que salvadoreños radicados en Estados Unidos y los mismos estadounidenses pudieran apreciar lo que el cine en este país tiene por contar.
Según Guttfreund, quien asistió a la premiere, la mayoría de los salvadoreños estaban muy conmovidos y orgullosos por la película, por su honestidad, y al mismo tiempo, por la fe en el futuro por parte de los personajes.
“La experiencia al trabajar con ‘Malacrianza’ fue fabulosa. Yo comencé a trabajar con Arturo hace tres años, después de ver Cinema Libertad (corto realizado por Menéndez)”, detalló Guttfreund al comentar sobre su experiencia en este trabajo.
También, relató que al conocer el potencial de Menéndez le dijo que no podría desarrollarse en el cine y poder competir con el resto del mundo si hacía videoclips que imitaban los rocks videos gringos.
“Él tenía que encontrar su voz propia y hacer cuentos verdaderamente salvadoreños. Tomó muy a pecho el consejo y comenzó a escribir un cuento basado en historias reales”, recordó el cineasta.
Este fue el inicio de “Malacrianza”, en la que Guttfreund se involucró durante el proceso de construcción del guion, la preproducción, la producción y la edición. Además, acompañó a Arturo Menéndez para el estreno de esta cinta en Washington.
La producción será enviada a diferentes festivales de cine y se espera que entre julio y agosto del próximo año venga a El Salvador.
“Para mí, ‘Malacrianza’ es abrir la puerta a la credibilidad que necesitamos nosotros para que el Gobierno y la empresa privada vea el cine, no como un gasto, sino como una inversión, no solo para crear industria y dar trabajo, sino una forma de cambiar la imagen del país en el exterior”, mencionó Andre.
Guttfreund, tras estudiar una maestría de teatro en Londres, a principio de los 70, volvió a El Salvador cuando el exministro de Educación, Walter Beneke, le dijo que era necesario que jóvenes como él regresaran al país y recompensaran todo lo que este le había dado a su familia.
Al volver, Beneke le ofreció trabajar en Televisión Educativa, un proyecto único a nivel de Latinoamérica y fue a través de este donde conoció al director de cine italiano Roberto Rossellini, que había viajado a El Salvador interesado por conocer lo que se estaba haciendo en la televisora. Él lo influenció para que más adelante Andre estudiara cine y se dedicara a este arte.