Carolina Herrera y su moda digital

El consejo de Costura le otorgó un galardón

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elsalvador.com

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2014-09-08 9:00:00

La alta tecnología se cruza con una florida primavera en la mente de la diseñadora venezolana Carolina Herrera.

En esta ocasión, Herrera enfatiza más que nunca su eterna vocación de mirar hacia adelante sin perder el peso de su categoría de leyenda de la costura. Y así, con un motivo tan aparentemente obvio como las flores en primavera, desglosa una colección que esconde más de una sorpresa.

“Toda la colección fue inspirada en el código cromático de una flor. La digitalicé y de ahí salen todos los colores que van a ver”, aseguró a Efe, antes del desfile. Esa flor era un tulipán, aunque en sus prendas, a veces suntuosas a veces minimalistas, aparecen otras muchas de la propuesta informática de Herrera.

“La tecnología para mí es importantísima. Y estos son tecnomateriales que uno y mezclo con el chifón o el lino o el ‘crepe’. Es una colección bastante seductora y con una siluetas muy femeninas”, añadió.

La pasarela, en la que las modelos se cruzaban, en medio de un laberinto de cipreses, se abrió con unos diseños blancos (su color para las ocasiones importantes, como siempre dice) con un estampado no cosido sino impreso sobre el tejido.

La veterana diseñadora juega además con las líneas, bien a través de las costuras vistas o bien a través de hermosos juegos de volúmenes heredados de la papiroflexia.

Forma faldas de un solo plisado, hombreras cuyo punto de fuga se sube hasta la mandíbula o una cazadora en la que el material parece cuartearse y desintegrarse, casi como si fueran píxeles de tejido que desaparecen por un virus en el programa del ordenador.

Y la que parece una de las tendencias confirmadas, los colores flúor, es tomada por Herrera con precaución y filtrada por un toque de palidez. Así es el amarillo de su colección. Y en un vestido de este color juega al trampantojo creando sensación de “cut-out” con las telas color “nude”.

Para terminar, deslumbra la noche con dos hermosos vestidos morados en los que encuentra la belleza interrumpida del “non finito”.

Galardonada

La elite de la moda neoyorquina rindió homenaje a Carolina Herrera, quien recibió el máximo premio del Consejo de Costura del Instituto de la Moda en Nueva York, y quiso prevenir a las “fashion victims”: “Piensen un poco. Es mejor vestirse bonita que rara”.

La diseñadora venezolana, adoptada por el selecto barrio del Upper East Side, hasta convertirla en quintaesencia de la sofisticación, vio cómo toda la profesión se rendía a sus pies en el Lincoln Center.

“Este no es un reconocimiento más. Es un reconocimiento que me fascina”. Aseguró que se siente muy orgullosa tanto de su trabajo como de haber forjado amistades con sus compañeros de mesa. “Siempre han sido amigos míos y me vestía de ellos antes de que hiciera esto”, explicó.

Herrera (Caracas, 1939) empezó en la moda relativamente tarde y la presidenta del Instituto de Tecnología de la Moda, Joyce F. Brown, que entrega este galardón, dijo que “Carolina es una prueba de que la vida para la mujer puede empezar a los 40, pues esa fue a la edad en la que se reinventó a sí misma como diseñadora de moda”.

Según la directora del Museo de la Tecnología de la Moda, Valire Steele, “como Coco Chanel, Carolina Herrera se hizo famosa por crear el tipo de prendas hermosas y elegantes que ella misma lleva. Ella es su mejor modelo y muchas mujeres quieren parecerse a ella”.

“Si eres una diseñadora de moda tienes que tener los ojos abiertos para ver las cosas bonitas. Es importante que sepas tu estilo, lo que quieres enseñar y lo que quieres que las mujeres se vean cuando llevan Herrera”, dijo Carolina.