París propone una moda veraniega y cosmopolita

La marca Balenciaga presentó una paleta de color dominada por el blanco y el negro. Sobresalieron los tonos pastel, como el lila y salmón

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elsalvador.com

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2014-09-24 8:00:00

El modisto Alexander Wang cosió la colección primavera-verano, de Balenciaga, con amor por las formas geométricas y el contraste entre texturas rígidas y fluidas en la colección que presentó ayer, en la segunda jornada de la Semana de la Moda de París.

El suelo de la sala del desfile adelantó cuáles iban a ser las líneas de esta cuarta presentación del diseñador estadounidense en París.

Esta dualidad entre la dureza y el movimiento libre tuvo su reflejo en unos diseños que aceptaron la unión de gasas plisadas con materiales construidos.

La forma de la cuadrícula se trasladó a las prendas como rejilla o, de forma más sutil, como rectángulo en el frente de un vestido, doble triángulo en un cuello halter o pentágono en la pechera del corpiño.

En una paleta de color dominada por el blanco y el negro, sobresalieron los tonos pastel, como el lila o el salmón.

Wang recibió, una vez, más los aplausos del público parisino, ante el que se presentó en febrero del año pasado, tres meses después de ser nombrado director artístico de la casa fundada, el siglo pasado, por el español Cristóbal Balenciaga.

Por su parte, la ciencia ficción aterrizó con los vestidos retrofuturistas de primavera-verano de Corrie Nielsen y el material fotosensible, con el que Anrealage se dio a conocer en esta meca de la moda.

Lo que hace décadas parecía lo sumo de la modernidad, como podía ser el metacrilato, el látex o las formas redondas que emulan a los platillos volantes, recibieron un homenaje en la pasarela de la diseñadora estadounidense, afincada en Londres, Corrie Nielsen.

Los cilindros acolchados estructuraron las prendas y, como los anillos de Saturno, giraron en torno a las piernas mientras quedaban suspendidos sobre un tejido transparente.

“Me basé en películas como ‘Blade Runner’ o ‘The Jetsons'”, explicó Nielsen al finalizar un espectáculo con el que también quiso recordar a las mujeres de los años sesenta, a las que agradeció su contribución al mundo tal y como lo conocemos hoy en día.

Los volúmenes distanciaron las prendas del cuerpo, especialmente en la espalda, donde el tejido cayó como contundente capucha u holgado escote de caparazón.

En esta segunda jornada, de la Semana de la Moda de París, también desfiló Dries Van Noten, que mezcló rayas de colores sin control, con un resultado espectacularmente llamativo, alegre y en algunos momentos también “hippy”. —EFE