De esas historias de personas que migran y logran éxito en otros países, sobre todo, en Estados Unidos, hay miles, pero de esas personas que logran labrar un camino brillante y vuelven su mirada a sus raíces para contribuir, muy pocas. Carlos Argüello, un artista de efectos especiales en Hollywood, de padres nicaragüenses y criado en Guatemala, sí lo hizo.
Argüello se presentó ayer, en el pabellón 12 del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (Cifco), junto a Dan Shuba y Mark Dippé; también creadores de efectos especiales en el mundo cinematográfico, en la ponencia “Hollywood en El Salvador”.
En ella, este creador guatemalteco relató cómo llegó a a trabajar para la NASA, DreamWorks y Michael Jackson. En 2007, creó Fundación CA, una organización de animación digital en Centroamérica que busca reunir el talento de jóvenes, muchos, sin oportunidades.
Con 17 años y “ni un centavo”, Carlos Argüello decidió marcharse a Estados Unidos tras observar un futuro sombrío en Guatemala. Poco dinero pero mucho coraje y esperanzas fueron suficientes para instalarse en San Francisco, California. Ahí ingresó a la Academia de Artes de San Francisco, donde se forma como artista. Sus éxitos profesionales apenas arrancaban.
“Vi un anuncio pequeño en el colegio, donde buscaban practicantes. Fui y me entrevistaron. Al día siguiente me llamaron, fuimos dos seleccionados: un italiano y yo”, relató Argüello. A los tres meses, su compañero europeo se lamenta que nunca recibirán un pago por su trabajo y decide marcharse de la empresa. Argüello persiste.
Luego de ochos meses, consigue que retribuyan su trabajo y con el tiempo llega a ser director creativo. La empresa era una división de la NASA y Carlos creaba imágenes científicas que luego eran vendidas al senado de EE. UU.
Su llegada al mundo cinematográfico se da por otra adversidad: el desempleo. La empresa donde labora cierra y Argüello comienza la búsqueda de un nuevo espacio para explotar toda su creatividad. “Me encontré con Pacific Data Images, ahora DreamWorks. Diecinueve personas me entrevistaron y tuve la suerte de que me contrataran. En poco tiempo me convertí en el director creativo de la compañía”, contó el diseñador.
Este artista de la animación aseguró que “siempre ha tratado de hacer lo mejor”, por ello logró ponerse en el ojo de la industria del cine. En su portafolio figuran trabajos para los filmes “Space Jam”, “Armagedon”, “Natural Born Killers”, “Batman y Robin”, “Las Crónicas de Narnia”, entre otras producciones.
Argüello expresó que luego de años de intenso trabajo, se cansó y decidió regresar a su país. “Uno se detiene y piensa que no todo es glamour ni Hollywood. Cómo traer nuevas oportunidades a la región era otra de las preocupaciones”, añadió este enérgico artista.
Así lo hizo. Con la ayuda de diferentes organizaciones ha logrado establecer Fundación CA en Guatemala, Colombia, Costa Rica, República Dominicana y El Salvador, que busca impulsar el talento juvenil a través de las tecnologías.
“Aprendí más en la industria que en la universidad. Lo que hacemos con estos jóvenes es prepararlos no solo para cosas teóricas, hacemos inserción laboral con la fundación”, explicó Carlos.
Otro de los objetivos es que se recauden fondos para poder canalizar filmes que sean trabajados por los jóvenes centroamericanos. Eso sucedió con la cinta de Narnia, donde más de 30 jóvenes guatemaltecos se sumaron a la producción.
Argüello está convencido que hay talento en los jóvenes de Latinoamérica, pero que “necesitan conectarse con las nuevas tecnologías, tomar sus habilidades y combinarlas para producir proyectos que estimulen su desarrollo y el de la región”.
La noche en el Cifco reunió a estos tres grandes artistas de la animación que explicaron algunas técnicas de efectos especiales. Dippé y Shuba coincidieron que los directores de animación y efectos especiales son artistas visuales y que dicha área es vital para el mundo cinematográfico.
De acuerdo con los artistas, el desarrollo del arte no solo es posible en industrias millonarias, el éxito radica en el empeño vertido en los sueños.