Murata presentó nueva generación de robots

Las bailarinas cuentan con tecnologías que podrían tener utilidades prácticas y que ponen de manifiesto el imparable desarrollo de la robótica en Japón

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2014-09-29 8:00:00

La compañía nipona de tecnología, Murata, presentó ayer en Tokio su nueva generación de robots, un grupo de diez pequeñas y alegres animadoras capaces de sostenerse sobre una bola y ejecutar una coreografía sincronizada sin colisionar.

“Queremos que las Murata Cheerleaders inspiren a los jóvenes investigadores en sus nuevos descubrimientos y pongan sonrisas en las caras de la gente en todo el mundo”, explicó ayer, y durante la presentación, el líder del proyecto, Koichi Yoshikawa.

Adornadas con cortos vestidos rojos, son unas criaturas meramente promocionales que nunca estarán a la venta y que no tienen ninguna otra utilidad.

Las robots cuentan con tecnologías que podrían tener utilidades prácticas y que ponen de manifiesto el imparable desarrollo de la robótica en Japón.

Sus 36 centímetros de alto y 1.5 kilos de peso son suficientes para proveerlas de, aproximadamente, una hora de autonomía y esconder los secretos que permiten a estas animadoras balancearse a 30 centímetros por segundo, sin chocar o caer.

Para ello, cada robot incorpora tres sensores de giro que identifican la dirección en la que se inclinan y los hace moverse hacia ella, una actualización del sistema desarrollado para los modelos anteriores, Murata Boy y Murata Girl, al que se añade una tecnología que les permite detectar ángulos de giro.

Estos sensores son similares a los que se emplean en cámaras de fotos, sistemas de navegación de coches y los más modernos sistemas de control de estabilidad eléctrico (ESC) de los vehículos, que previenen que patinen, explicó Yoshikawa.

Además, cada robot esconde en su cabeza cinco micrófonos ultrasónicos y cuatro sensores infrarrojos que detectan su posición actual y les permiten localizar los objetos a su alrededor, en un radio de 16 metros, incluso en la oscuridad.

Los datos recogidos por estos sensores se comparten entre ellas, a través de una red “wireless”, lo que permite a cada animadora localizar a las demás con exactitud y evitar cualquier posible colisión mientras danzan con sus pompones LED multicolor.

Esta tecnología de control de grupo ha sido desarrollada en colaboración con investigadores del Laboratorio Matsuno de la Universidad de Kioto y puede aplicarse en los diseños de robots de rescate en casos de desastre y, en un futuro, para desarrollar vehículos y transportes “más seguros y eficientes”, aseguró Yoshikawa.

Otro de los posibles usos de esta tecnología de percepción y comunicación podría aplicarse en sistemas de gestión de energía en casa y edificios, y para transmitir las señales vitales de la gente y seguir “avanzando” en materia de salud, añadió.

Las Murata Cheerleaders, cuya presentación en sociedad coincide con el 70 aniversario de la fundación de la compañía, constituyen la cuarta generación de robots de la empresa japonesa tras el lanzamiento de la primera generación de Murata Boy en 1991, la segunda en 2005 y la llegada de Murata Girl en 2008.

Una prueba tecnológica

“Con estos robots solo queremos demostrar que la electrónica tiene buenas prestaciones y es algo divertido”, destacó Yuichi Kojima, director adjunto de Murata, una compañía que cuenta con 48,000 empleados y que fabrica diferentes tipos de chips, condensadores y otros componentes.

Estas animadoras solo se presentan para mostrar para qué sirven sus diferentes elementos electrónicos, cuyo aspecto no dice nada y cuyo funcionamiento es difícil de explicar.

“Cada una está subida a una bola y se mantienen en un estable equilibrio solas, gracias a tres sensores giroscópicos”, recalcó Yoshikawa, ingeniero y responsable de comunicación de Murata.

Este tipo de componentes está presente, por ejemplo, en las cámaras de foto digitales, para la función de estabilización de la imagen.

Las diez bailarinas formaron al ritmo de la música una fila india, una pirámide, giraron sobre sí mismas y ajustaron continuamente sus movimientos para evitar la caída.

Según Kojima, una de las grandes dificultades para la creación de estas animadoras fue conseguir que sus tres principales aptitudes (la estabilidad, la sincronización y la comunicación) tuvieran el mismo nivel de fiabilidad y resultados.

Para los ingenieros de Murata es más motivador probar las tecnologías con divertidos robots que con equipos experimentales. Además, “esto nos ayuda para contratar personal”, agregó Kojima.

Los aficionados a la robótica podrán ver a las nuevas animadoras de Murata en el próximo Ceatec 2014, donde se exhibirán entre el 7 y el 11 de octubre, en Tokio. —Agencias