Salvadoreños participaron en la construcción del Canal de Panamá

Migrantes como los salvadoreños posiblemente eran peones de labores de campo, de las más duras

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elsalvador.com

Por Texto: Stanley Luna Fotos: Agencias/EDH

2014-08-23 8:00:00

Lo que inició como una obra a cargo de los franceses a finales del siglo XIX, pasó a manos de Estados Unidos a principios del siglo XX, potencia que se encargó de terminarla y ampliarla. Se trata de la construcción del Canal de Panamá.

Trabajadores europeos, antillanos, estadounidenses, sur y centroamericanos, entre otros, intervinieron en la construcción, que estuvo marcada por historias de muerte y maltrato, que a lo largo de los años han sido olvidadas.

Según estadísticas, durante todo el proceso de construcción francés y estadounidense, alrededor de 27 mil 609 personas murieron por accidentes y enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla.

Se estima que entre 1904 y 1913 participaron en la obra 31 mil 71 antillanos; 11 mil 873 europeos; 11 mil estadounidenses; y 69 no clasificados.

Al finalizarla algunos volvieron a sus países, otros permanecieron en Panamá para el mantenimiento del Canal o para ingresar al mercado a través de diferentes negocios.

Carlos Gregorio López, doctor en Historia de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad de El Salvador (UES), comentó que aunque no existen registros de los salvadoreños que migraron durante el primer periodo de construcción, es absolutamente factible que estos hayan participado.

Los nacionales también tuvieron presencia en la segunda etapa y en los procesos de mantenimiento. “Los trabajos de ampliación y mantenimiento es otro punto que a veces se obvia. El trabajo del Canal no se liquida con la construcción y la inauguración, sino que es una cantidad de esfuerzo para mantenerlo funcionando, incluso hoy en día”, dijo López.

El Gold Roll y el Silver Roll

Quizá estos términos ya sean conocidos, porque son mencionados en el segundo verso del “Poema de amor” de Roque Dalton, en el que el escritor hace referencia al contexto en el que vivieron los salvadoreños durante la ampliación y mantenimiento del Canal de Panamá.

El Gold Roll y el Silver Roll, que traducidos al español serían Rollo de Oro y Rollo de Plata, respectivamente, eran los dos sistemas de pago de discriminación racista y étnica para todos aquellos que laboraban en el Canal.

Ambos nacieron durante la construcción del ferrocarril de Panamá, finalizado en 1855, y fueron heredados al momento de construcción francesa del Canal, entre 1981 a 1904, y posteriormente pasaron el periodo correspondiente a los estadounidenses.

Durante los primeros años del trabajo retomado por Estados Unidos los administradores se preocuparon por la tarea que aún faltaba por realizar, y para ello comenzaron a contratar a más empleados, hasta el punto de reclutar a personas de las calles.

Fue de esta forma como semana a semana grupos de estadounidenses fueron trasladados a la zona. Luego llegaron migrantes de otras partes del mundo.

El Gold Roll era el pago que recibían aquellos que eran considerados mano de obra calificada. Quienes formaron parte de este selecto grupo eran carpinteros, albañiles, calderos y ladrilleros, entre otros. En su gran mayoría, estos provenían de Europa y Estados Unidos, y cierta parte de caribeños que viajaron desde las Antillas.

Los trabajadores locales, incluidos los salvadoreños, eran remunerados mediante el Silver Roll, que en otras palabras era la mano de obra no calificada, y por lo tanto, recibían un ingreso menor que los demás.

Con el paso de los años esto fue gestando problemas en los diferentes grupos y las autoridades laborales del Canal tuvieron que establecer qué definía que una persona perteneciera a cierto sistema y qué no.

A través de un consenso llegaron a la conclusión que los perteneciente a Gold Roll se determinaban por la habilidad a la hora de trabajar.

El 24 de marzo de 1913, debido al incremento de migrantes de países como China, Turquía y África se implementaron medidas para evitar que más personas llegaran a la zona.

Esto con el objetivo de hacer la distinción entre aquellos extranjeros deseables de acuerdo a su origen étnico y económico, y por aspectos relacionados con la salubridad de todos los trabajadores.

En 1924 se retoman acciones para evitar a más emigrantes y se les restringen la llegada a chinos, turcos, sirios y negros, cuyo idioma no fuera el español. Solo podían llegar en cupos que no sobrepasasen las 10 personas.

Para la crisis económica estadounidense, en 1931, se restringe totalmente la migración bajo la justificación que esto podría afectar al trabajador local o a los extranjeros que ya se habían establecido en Panamá.

Salvadoreños en el canal

La relación entre patrones y trabajadores durante el periodo de construcción, ampliación y mantenimiento del Canal de Panamá fue conflictiva por la forma de trato -que dependía del papel que desempeñaran los empleados- y la discriminación hacia las diversa etnias que convivían entre sí.

“Migrantes como los salvadoreños posiblemente eran peones de labores de campo, de las más duras. Era complicado porque muchos de esos trabajos no se remuneraban por día, sino, por obra. Lo que constaba era la realización de cierta cantidad de trabajo, pero estos eran pesados y se realizaban en situaciones difíciles”, explicó López.

Al asignar las tareas se estima que pudo haber abusos, porque entre menos formación laboral tenía el empleado, mayor era la dominación que el patrón ejercía sobre él.

Este problema, sumado a los conflictos que existían entre las diversas etnias, hizo que las autoridades del Canal crearan normativas, en donde se ubicaban a los migrantes en cuadrillas definidas por país, color o etnia, y así evitaban roces.

Los trabajadores contaban con comisariatos, especies de almacenes administrados por la compañía del Canal, destinados para que las personas obtuvieran la mercadería que necesitaran: zapatos, vestuario, etc.; sin embargo, estos presentaban ciertas restricciones.

Las mujeres también estuvieron participación en todo el proceso de construcción y ampliación. Ellas se dedicaron, sobre todo, a la realización de ciertos servicios, por ejemplo la cocina y la lavandería; aunque otras se dedicaron a la venta de artículos que no se encontraban en los comisariatos.

La prostitución femenina también incrementó en esta época.

Las mujeres viajaban desde diferentes lugares con el objetivo de obtener ingresos económicos y si encontraban la posibilidad de establecerse en ese lugar marcado por la malaria, la fiebre amarilla, la discriminación y la muerte, lo hacían.