Julio Cortázar, 100 años de un maestro de las letras

El autor argentino escribió importantes novelas, las que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano. Rompió los moldes clásicos y en sus obras se aprecia el relato corto, la prosa poética y también la narración breve

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elsalvador.com

Por Texto: Diandra Mejía/EFE Fotografías: Agencias

2014-08-30 8:00:00

Novelista, cuentista, poeta. Julio Cortázar, el autor mago, el autor fantástico y pionero de la literatura hispanoamericana nació el 26 de agosto de 1914.

En medio de muchos homenajes por sus 100 años se recuerda su memoria y su influencia en la literatura universal, ya que se le considera uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve.

Cortázar fue creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano, rompió los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal. Debido a que los contenidos de su obra transitan en la frontera entre lo real y lo fantástico, suele ser puesto en relación con el realismo e incluso con el surrealismo.

En su centenario las editoriales se han volcado en la reedición de sus obras, y las administraciones han multiplicado los homenajes a su memoria en Argentina en el marco del “Año Cortázar”, que arrancó en junio de 2013 con el 50 aniversario de la publicación de “Rayuela”.

Hoy, los escritores y académicos debaten en “Lecturas y relecturas de Cortázar” sobre la obra de este referente de la literatura hispana, un innovador del lenguaje y un “amigo”, como apunta la ministra argentina de Cultura, Teresa Parodi: “Los lectores nos sentíamos sus amigos, por eso se lo extraña y se vuelve a frecuentar su obra como volviendo a casa”.

Vivió casi toda su vida en Argentina y buena parte en Europa. Residió en Italia, España, Suiza y París, ciudad donde se estableció en 1951 y en la que ambientó algunas de sus obras.

Además de escribir obras propias, es considerado un reconocido traductor, habiendo trabajado en este oficio para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Aunque Cortázar es reconocido por su narrativa, escribió muchos poemas en prosa (en libros mixtos como “Historias de cronopios y de famas”, “Un tal Lucas”, “Último round”), e incluso poemas en verso (“Presencia”, “Pameos y meopas”, “Salvo el crepúsculo”).

Este autor también fue un gran articulista implicado en la política y el periodismo, como muestran las colaboraciones que hizo desde París. Unas que el autor de “Rayuela” mantuvo hasta poco antes de morir, en 1984, algunas de ellas recogidas en el libro antológico de autores hispanoamericanos y españoles titulado “Grandes firmas”, y editado por la Agencia EFE.

Así, Cortázar dejó su testimonio de la vida, de su vida, de la literatura y la política muy claramente contra la represión y la violencia en Argentina, Chile, Brasil y Paraguay. Algunos de estos artículos se encuentran en los archivos históricos y gráficos de EFE, depositados en la Universidad Carlos III de Madrid, ahí se pueden leer y adentrarse a su imaginación, la fantasía, el miedo y a su propia infancia.

En un importante y revelador artículo recogido en el libro ‘Grandes firmas’, Cortázar habla sin tapujos de su infancia y el miedo.

Con el título ‘De una infancia medrosa’ el escritor argentino se interroga sobre el miedo y la infancia, ‘un territorio vertiginoso y cruel que vanamente he tratado de olvidar’, añade.

Una infancia que, según él, le volvían en forma de pesadillas de la noche “y en esas otras pesadillas de la noche es que he ido escribiendo bajo la forma de cuentos fantásticos’, reconoce el escritor.

“La casa de mi infancia estaba llena de sombras, recodos, altillos y sótanos, y a la caída de la noche las distancias se desmesuraban para ese chico que debía ir al baño atravesando dos patios”, relató.

“Si el miedo me llenó de infelicidad en la niñez, multiplicó en cambio las posibilidades de mi imaginación y me llevó a exorcizarlo a través de la palabra; contra mi propio miedo inventé el miedo para otros, aunque está por ver si los otros me lo han agradecido (…) En todo caso creo que un mundo sin miedo sería un mundo demasiado seguro de sí mismo, demasiado mecánico”, concluyó.

Influencia

Cortázar fue amigo de numerosos escritores, lo que queda plasmado en los más de 500 libros calurosamente dedicados de su biblioteca personal al momento de su muerte.

Mantuvo correspondencia entre 1965 hasta 1973 con la escritora argentina Graciela Maturo, también tuvo varios amigos pintores, como Luis Seoane, Julio Silva, Luis Tomasello, Eduardo Jonquières o Chumy Chúmez, extendiéndose su interés hacia las artes plásticas.

Dentro de sus grandes amigos literarios están: Lezama Lima, Octavio Paz, Pablo Neruda y Carlos Fuentes. También cultivó junto a su esposa Aurora Bernárdez una estrecha y calurosa relación con la poeta Alejandra Pizarnik, adoptando hacia ella una actitud de hermanos mayores. Este escritor dejó huellas en la literatura y el círculo de autores que le rodeaban.

Mario Vargas Llosa menciona que “el estilo de Cortázar era destruir la literatura, quebrar los hábitos del lector que se encontraba asfixiado por el exceso de convencionalismos”.

Gabriel García Márquez en “El argentino que se hizo querer de todos” describe un viaje que realizaron junto a Carlos Fuentes, y en el que Cortázar los sorprendió con sus narraciones. “Ni Carlos Fuentes ni yo olvidaríamos jamás el asombro de aquella noche irrepetible”, relató.