Robin Williams, dos salvadoreños y una jaula

Gemelos originarios de San Salvador compartieron set y momentos de camaradería con el hoy fallecido actor estadounidense.

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elsalvador.com

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2014-08-24 8:00:00

Para aquel entonces, Robin Williams usaba mostacho y los salvadoreños una peluca rosa. Era junio de 1995 y en los estudios de Paramount el ahora fallecido actor, en el papel de dueño de un club nocturno de travestismo y hombre casado, filmaba la escena inicial de “The Birdcage”, conocida en América Latina como “La Jaula de las Locas”.

Los centroamericanos, en esa secuencia, eran parte de la multitud en el club. Louis y Carlos Campos son sus nombres. Capitalinos. Bailarines. Gente de espectáculo. “The Fabulous Wonder Twins” para los amigos.

La cinta, que se estrenó al año siguiente en Estados Unidos y que con el tiempo se volvió un clásico de las 9 de la noche en la pantalla local, contaba la vida de Albert (Nathan Lane) y Armand (Robin Williams), una pareja gay que pretende ser heterosexual para quedar bien con un político ultraconservador, cuya hija está por casarse con uno de los hijos de Armand.

La escena en el club sigue durante varios metros a un Robin Williams luminoso, protagonista, abigarrando con su presencia la cámara. En el camino, por accidente, el actor derrama una bebida sobre los hermanos salvadoreños y les juega una broma. Así lo decía el guion.

Ese día, Robin iba de negro y con una larga cadena que le llegaba hasta el pecho. Ellos, vestidos a tono para la escena, llevaban guantes de seda, un traje negro escotado, maquillaje de desfile del 28 de junio, un corbatín negro con moño en forma de flor y la reluciente peluca rosa aquella. Todos -famoso actor y gemelos salvadoreños- reían.

Grabar aquella secuencia tomó cuatro días y, sin embargo, como suele pasar en el cine, el tiempo final en pantalla duró lo que una canción en un club nudista. Y para más inri (no confundir con INRI), el segmento de la bebida derramada y el posterior chiste de Robin para con los gemelos fue reducido al mínimo, a casi una nada. En la versión final, apenas aparecen unos pocos segundos.

Durante los pocos días de interacción, sin embargo, hicieron clic. Así lo explica el mismo Louis, uno de los “Fabulous Wonder Twins”: “Ese señor hacía todo por ver a los presentes caer al suelo en carcajadas”. A ellos dos -recordar cómo estaban vestidos debido a las exigencias del director y también lo bromista que era la estrella de “El Hombre Bicentenario”- los cogió de los brazos y los paseó por todo el set mientras las presentaba como “suyas” con el resto del equipo.

No fue la única vez que se relacionaron. Los hermanos Campos, que ya se movían con mucha naturalidad en el mundo de las películas de Hollywood y los videos musicales, en especial en aquellos que requerían de bailarines, volvieron a toparse con el actor en el estreno de “Father’s Day”, en 1997.

Ese día, claro está, los gemelos vestían diferentes. “Pero nos reconoció, llamándonos por nuestros propios nombres, se dirigió hacia nosotros y empezó de nuevo con sus chistes”.

Incluso les comentó que a él mismo le resultó una sorpresa que editaran aquella escena del accidente con la bebida, pues era realmente graciosa. “Escuchar eso de su propia boca era como echarle más gasolina a un fuego”, recuerda Louis. Un fuego de espectáculo que se había prendido varios años atrás, en su país de origen, en El Salvador, borrando tinieblas de años más tristes.

La historia migrante

A finales de 1966, un taxista, casado y con hijos, piropeaba y engatusaba a una hermosa pero crédula mujer a quien había recogido como cliente en las cercanías de El Salvador del Mundo, en San Salvador. Esa mujer y ese hombre, poco más de nueve meses después, el 2 de octubre de 1967, se convertirían en padres de gemelos traídos a luz en el Hospital de Maternidad: Louis y Carlos.

“Fue un comienzo deshonesto”, lo califica Louis. Y lo que siguió tampoco fue precisamente una cátedra de honradez. El padre de las criaturas viajó a Estados Unidos a reencontrarse con su esposa, obligado a cortar de tajo la relación infiel, y la madre, enamorada, fue tras él al cabo de unos meses. Los dos cipotes quedaron, pues, a cargo de la bisabuela. A ella, bastante tradicionalista, terminaron por llamarle “mamá”.

Lo que siguió en aquella pequeña casa al borde de un barranco en San Martín y en las calles vecinas fue una película, como de Hollywood, pero de terror: incomprensión, descargas de ira por parte de adultos y agresiones por parte de vecinos.

El despertar de esos años oscuros llegó, por fin, bajo las luces de un circo que se instaló en el barrio. Una noche que se escaparon de casa para ir a ver la función quedaron impactados por las luces y los aplausos que bañaron a “Piel Canela”, una artista que dominaba cada mirada de los presentes en el graderío. “Fue en ese preciso momento cuando descubrimos la clase de iluminación que tanto necesitábamos”, recuerda Louis. Desde aquella noche quisieron ser artistas. Así, sin saberlo aún, se convirtieron en lo que luego bautizarían como “The Fabulous Wonder Twins”.

Por su propio esfuerzo, llegaron a Canal 8, donde dieron sus primeros pasos como niños talentos frente a cámaras. Pero las balas de los convulsivos años 70 y de la inminente guerra civil de los 80 empezaron a cruzarse pronto por sus caminos. Entonces, la madre de los ya jovencitos, preocupada, regresó por ellos y se los llevó a Estados Unidos, a la mejor ciudad que un par de niños amantes de las luces puede soñar: Los Ángeles, la capital del espectáculo.

Aunque la partida fue dura, aquel lugar fue terreno fértil para sus aspiraciones artísticas. Se prepararon. Practicaron. Fueron a casting y probaron. Y de a poco, con paciencia, se metieron en la escena farandulera local.

El destino los llevó a participar en escenas de videos de Gloria Estefan, Sheryl Crow, Collective Soul y The Red Hot Chili Peppers. Además, participaron de grandes producciones de cine, mayormente en escenas que incluyen clubes y bailarines, como en “Eraser”, con Arnold Schwarzenegger. Y por supuesto, en la famosa “La Jaula de las Locas”. Esa cinta que, por razonas tristes como la muerte de su protagonista que hoy enluta a la farándula, es la que hoy más recuerdan. Esa en la que, dentro de una jaula decorada por las luces neón, ese par de gemelos salvadoreños conoció a Robin Williams.

Como comentan ellos en su Facebook donde describen su encuentro con el actor: “Nada mal para unos salvadoreños que nacieron en pobreza, ¿verdad?”.