Las vacunas y su beneficio

El esquema de vacunación, a nivel nacional, incluye inmunizaciones que son imprescindibles para el cuidado de la salud desde temprana edad.

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elsalvador.com

Por Texto: Diandra Mejía

2014-08-23 8:00:00

Las vacunas son el método de prevención de enfermedades más efectivo que se conoce. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inmunización evita, anualmente, entre 2 y 3 millones de muertes por afecciones como la difteria, tétanos, sarampión y paperas. Pero no sólo protege a los niños, sino también previene que jóvenes y adultos contraigan enfermedades graves como la meningitis y el cáncer del cuello uterino.

En el último decenio, la OMS se ha propuesto erradicar varias enfermedades por medio de la vacunación, y ha establecido un cuadro de inmunización a nivel global, del cual, El Salvador es parte.

En el país existe un plan nacional de vacunación contra enfermedades virales y contagiosas, tales como sarampión , rubéola, tosferina, tuberculosis, hepatitis A, hepatitis B, tétanos, poliomielitis, encefalitis, influenza Tipo B, gripe, varicela, paperas, meningitis, neumonía, otitis media y haemophilus.

La inclusión de estas vacunas se decidió para el Plan de Salud de Centroamérica y República Dominicana 2010 – 2015.

Aplicar a su niño cada una de las dosis que se indican le proporciona una adecuada protección.

Es importante comprender que dependiendo de la vacuna, se necesita más de una dosis para crear una inmunidad suficientemente alta para prevenir enfermedades. Asimismo, para fortalecer la inmunidad que va desapareciendo con el tiempo, asegura que las personas que no obtuvieron suficiente inmunidad, con una primera dosis, estén protegidas, o para protegerse contra los gérmenes que van cambiando con el tiempo, como la influenza.

Según la tecnóloga Sonia Miranda, cada una de las dosis es importante, porque conjuntamente protegen contra las enfermedades infecciosas que hoy en día representan una amenaza, y que pueden ser especialmente graves para bebés y niños muy pequeños.

Sin un esquema de vacunación completo, los niños corren el riesgo de enfermarse gravemente y sufrir dolor, padecer alguna discapacidad e incluso morir si resultan afectados por el sarampión y la tosferina, por ejemplo.

Los riesgos principales asociados con las vacunas son los efectos secundarios, los cuales casi siempre son leves (enrojecimiento e hinchazón en el lugar de la inyección) y desaparecen en unos pocos días.

Los efectos secundarios graves, después de haber sido vacunado, tales como reacciones alérgicas severas, son muy raros y tanto los doctores como el personal de los centros médicos están capacitados para manejarlos.

No obstante, para casi todos los niños, los beneficios de prevenir enfermedades por recibir vacunas son mucho mayores que los posibles efectos secundarios.

Dentro del plan

Los bebés son más vulnerables a adquirir virus y enfermedades infecciosas, por ello, es fundamental protegerlos antes del nacimiento (mediante la inmunización de la madre) y luego de nacer, aplicarles las vacunas de acuerdo con el calendario nacional de vacunación correspondiente.

Una de las vacunas que no debe faltar es la de la hepatitis B, que protege contra una enfermedad del hígado causada por un virus y cuya aplicación está indicada dentro de las primeras 12 horas de vida. Esta se aplica en la pierna, en el músculo del muslo.

También se aplica la BCG para protegerlos contra las formas graves de tuberculosis y se recomienda hacerlo en los primeros siete días de nacimiento. Se aplica en el brazo derecho y es común que se forme una pequeña cicatriz.

A los dos meses se indica la vacuna conjugada del neumococo, que los protege de la meningitis y la neumonía. A esta edad también se les inmuniza para prevenir la difteria, el tétanos, la tos convulsa, la hepatitis B y un tipo de meningitis causado por Haemophilus influenzae tipo b, entre otras.

También, a los dos meses se aplica la vacuna llamada antipoliomielítica inactivada (VAPI, en forma abreviada). Esta contiene una forma inactiva del virus de la poliomielitis, que al ser inoculado en el organismo, crea defensas contra la enfermedad, en caso de alguna exposición. Así que es muy poco probable que la persona adquiera dicho mal.

“Los niños deben recibir cuatro dosis de la vacuna antipoliomielítica inactivada. Los que hayan recibido tres dosis antes de los cuatro años de edad deben recibir una cuarta dosis antes o en el momento de comenzar la escuela”, advierte la tecnóloga.

Sin embargo, no es necesaria la cuarta dosis cuando la tercera se recibió después de los cuatro años.

Luego está la llamada triple viral, que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola, tres padecimientos muy serios que pueden ser mortales. Los niños deben recibir dos dosis de la triple viral entre los 12 y 15 meses y un refuerzo entre los 4 y 6 años.

Privadas

También existen vacunas que no están contempladas dentro del esquema nacional de vacunación, pero que sí están disponibles en el sector privado de salud. Son las que evitan la hepatitis A , la varicela, la fiebre tifoidea, el meningococo, la neumonía y el VPH.

Es importante destacar que la Academia Americana de Pediatría las incluye dentro de su esquema de vacunación, por considerarlas indispensables para la salud de los seres humanos.

La vacuna de la hepatitis A protege de esta enfermedad contagiosa que afecta el hígado. Debe administrarse a partir del primer año de vida.

La del meningococo es una de las más importantes, ya que dicho virus causa una infección bacteriana grave en las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal.

La enfermedad meningocócica puede ser mortal y debe considerarse siempre como una urgencia médica.

Una de las más recomendadas, sobre todo para los adolescentes, es la vacuna contra el cáncer uterino o VPH (Virus del Papiloma Humano). Esta también puede prevenir la mayoría de las causas de cáncer cervical en mujeres, si se aplica antes de la exposición al virus.

Además, puede prevenir el cáncer vaginal y vulvar en mujeres, así como las verrugas genitales y el cáncer anal tanto en hombres como en mujeres.

En el sector privado, también se aplica la prueba de tuberculosis en sustitución de la BCG y la vacuna antineumocócica de polisacáridos, que ayuda a proteger contra las infecciones graves, debido a un grupo de bacterias llamadas Streptococcus pneumoniae. Las infecciones pueden ocurrir en la sangre, en los pulmones (neumonía) y en las cubiertas del cerebro (meningitis).