Técnica, coreografía y performance se fusionaron una vez más para que la academia Jazzing Dance Studio de El Salvador lograra agenciar cinco reconocimientos en la competencia internacional “Dance Masters of America”, realizada en Orlando, Florida (EE. UU.), el pasado 7 de julio.
Tres oros, un platino y una mención especial en las modalidades de jazz y danza contemporánea fueron los premios obtenidos por un grupo de 22 niñas salvadoreñas, bajo la dirección de Nené de Roeder y Karen Roeder, maestras de la academia.
Con las coreografías “All we got” (jazz) y “Crazy” (danza contemporánea), el grupo artístico pudo vencer a más de 1,400 grupos y llegar a la final.
De acuerdo con Roeder, El Salvador es el único país latinoamericano en participar en el certamen, donde dijo tener ya un reconocimiento entre el jurado: “No llegamos de incógnitos. Todos saben quién es El Salvador”.
Con 20 años de participar en dicha competencia de danza profesional, Jazzing Dance Studio obtuvo, esta vez, un mayor puntaje y reconocimiento.
“Nunca esperamos más arriba de oro pero esta vez logramos un ‘alto puntaje’, este es uno de los reconocimientos más grandes que hemos obtenido”, recalcó la pionera del jazz y tap en el país.
Pero no solo los galardones alcanzados han satisfecho a estas profesionales, ya que su directora señaló que “apantallar a un jurado es más grande que un puntaje”.
Así fue para el grupo salvadoreño luego de su presentación en categoría danza contemporánea al ser distinguidas por un miembro del jurado. “Quiero decirle al grupo de azul (El Salvador) que son unas grandiosas alumnas porque su técnica ha sido impecable”, recordó Nené. Según sus directoras, la constancia y perfección enseñadas en la academia han permitido que las bailarinas puedan destacarse en cualquier parte del mundo.
Por otra parte, la alumna Francesca Rondeau manifestó que es un honor traer tantos premios. “En realidad nos hemos esforzado mucho desde enero para lograr esto”.
La academia posee una extensa trayectoria en danza artística que la ha convertido en un referente en el ámbito nacional e internacional. Los logros, desde la perspectiva de Roeder, han sido por la total entrega a este arte.
” He dado mi vida por la danza de El Salvador. He vivido mi vida entera dentro de este estudio para lograr que El Salvador tenga una danza que valga la pena”, afirmó.
Ahora las bailarinas comienzan una nueva preparación para nuevas competencias.