Las bellas “imperfecciones” de la moda

Cejas pobladas, orejas grandes, ojos o nariz prominentes son los rasgos que muchas modelos convierten en su marca registrada

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elsalvador.com

Por Texto: Hasmed Sermeño Fotografía: EDH

2014-07-05 8:00:00

L a suerte de la fea, la bonita la desea. Así reza un popular dicho que cualquiera cuestionaría dentro de la industria de la moda. Sin embargo, los cánones de belleza se han “diversificado” y ahora lo que se busca es el paradigma de lo “diferente”.

Según el diseñador salvadoreño Jaime García, a la hora de elegir un rostro, la industria busca imponer, destacar y sobre todo ser diferente del resto. “Es como crear su marca registrada”, aseguró.

Así que pensar en rostros perfilados con facciones armoniosamente distribuidas es cosa del pasado. Lo que impera en estos tiempos son las ‘bellas imperfecciones’.

Tanto así, que lo que antes se consideraba antiestético, como las cejas gruesas o los dientes separados, rostros masculinos o andróginos (mezcla de femenino y masculino), bocas anchas u orejas puntiagudas, ahora es una virtud para ciertas modelos.

Un claro ejemplo es Georgia May Jagger que sufre de diastema, una afección odontológica que se caracteriza por tener los dientes separados. Este es sobre todo un problema estético y es perfectamente corregible, sin embargo ellas optan por ‘convertir el problema en su emblema’.

Otras modelos que también tienen ese problema son Lara Stone, quien ha trabajado para marcas como Chanel, Lanvin, Miu Miu, Prada y protagoniza un anuncio de DKNY; y Ashley Smith, quien es imagen de la firma Topshop.

Además de tener problemas con la dentadura, hay chicas cuyo sello de distinción son las orejas grandes como el caso de Tanya Dziahileva, quien ha grabado anuncios para Hugo Boss, Michael Kors, Christian Dior e Yves Saint Laurent. Otra es la modelo Aymeline Valade que ha sido imagen de la firma Isabel Marant y ha posado para la revista Vogue España.

La mirada es otro aspecto fundamental en una modelo, sin embargo existen algunas con ojos muy prominentes como Masha Tyelna, quien ha trabajado para Givenchy, Yves Saint, Marc Jacobs y Alexander McQueen; y Siri Tollerod, quien fue el rostro de ELLE Noruega y ha trabajado para diseñadores como Karl Lagerfeld, Steven Klein y Dolce & Gabbana.

En el otro extremo está Daphne Groeneveld, cuyos ojos sumamente separados la han llevado a trabajar con firmas como Dior y Chanel; pero también la modelo Moffy cuyo problema de estrabismo la catapultó en la industria e incluso ha sido el rostro de la revista británica Pop.

Tener una estructura ósea muy marcada o gruesa también es una ventaja tal como ocurre con Kelly Mittendorf, cuyas facciones prominentes la han llevado a trabajar para Prada y a ser el rostro de Vogue Italia. También está Saskia de Brauw, que ha sido portada de Vogue Francia y cuya apariencia andrógina la ha vuelto una de las más cotizadas.

“Las pasarelas y el modelaje editorial ha tenido un ‘refresh’ al mostrar un rostro diferente de la moda, con facciones más exóticas, lo que muestra que la actitud es lo fundamental en esta industria”, dijo García.