Síndrome de Tourette: acciones involuntarias

Aproximadamente, una de cada 100 personas tiene el síndrome de Tourette y ocurre con problemas de trastorno de atención, obsesivo compulsivo, ansiedad y depresión

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elsalvador.com

Por Texto: Kevin Eduardo Salazar Twitter: @KevinESalazar

2014-07-26 8:00:00

Nueva Jersey, 1979. Un niño muy inquieto. Tanto que su madre pensó que le sobraban energías. Así se caracteriza el tan afamado portero estadounidense, Tim Howard, quien padece de un extraño síndrome nervioso que no le impide seguir con lo que le apasiona.

Todo empezó a sus 10 años, cuando ordenaba su ropa compulsivamente o contaba todos los ladrillos de las paredes de su casa. Luego, los guiños, las muecas y los silbidos se apoderaron de la expresión de Tim. Su madre se asustó tanto que decidió llevarlo al médico. El diagnóstico: síndrome de Tourette.

Este trastorno neurológico “es un síndrome heredado y se caracteriza por los múltiples tics físicos anormales, repetitivos e involuntarios crónicos, que son capaces de interferir en la rutina académica, social y familiar de un niño o adolescente”, aseveró la neuróloga Esther Cubo en una entrevista a la revista especializada Pediatric Neurology.

Reafirmando lo anterior, la presidenta de la Asociación Nacional del Síndrome de Tourette de Estados Unidos, Annetta Hewko, explicó a la BBC que la manifestación de esta pandemia “puede ser algo tan pequeña como pestañeos, tics o aclaramiento de garganta o casos extremos con movimientos severos y hasta gritos que pueden debilitar físicamente y aislar socialmente”.

El síndrome de Tourette suele manifestarse en la infancia, principalmente en niños, y algunos casos están asociados a otros tics guturales, como la emisión de sonidos, comportamientos compulsivos-obsesivos o proferir obscenidades (coprolalia). Aunque Howard se queda en los movimientos nerviosos.

En una entrevista al periódico español El País (elpais.com), Howard reveló que desde sus inicios en el fútbol infantil norteamericano hasta su salto en la “Premier League”, en 2003, sus tics pasaron inadvertidos del ojo de sus seguidores.

Uno podía ver, por 90 minutos, la forma obsesiva en que el guardameta seguía al balón por toda la cancha, ni un músculo de su cara se movía de forma involuntaria, tampoco resopló y ni hizo otros movimientos extraños.

“Howard es un fantástico portavoz de la comunidad. Y no es solo un héroe para EE. UU. sino para toda la comunidad mundial de afectados por el síndrome Tourette”, afirmó Hewko.

“Hay pacientes que son capaces de inhibir sus tics de forma temporal si están concentrados, aunque esto provoque un rebote, que suele expresarse con más tics”, explicó María Beatriz Moyano, neuróloga y directora del Centro Interdisciplinario de Tourette (TOC) y Trastornos Asociados, durante una presentación de resultados de la investigación sobre “Tratamiento TOC en niños y adolescentes, 2012”.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS/OPS), entre un 0.4 a un 3.8 % de la población mundial padece del síndrome de Tourette y puede estar ligado a problemas en ciertas áreas del cerebro. Es posible que tenga que ver con sustancias químicas (dopamina, serotonina y norepinefrina) que ayudan a las neuronas a comunicarse entre sí.

Quienes tienen Tourette explican que los síntomas pueden ser aliviados con actividades que requieren concentración, como el deporte o tocar un instrumento musical.

Por ello, quienes sufren de este tipo de síndrome deben mantenerse bajo una actividad física, ya que los constantes movimientos impiden las manifestaciones de incómodos tics.

Síntomas

La mayoría de las personas afectadas notan por primera vez los síntomas del síndrome de Tourette durante la infancia, entre las edades de 7 y 10 años. El síntoma inicial más común es un tic facial, al cual pueden seguir otros. Un tic es un movimiento o sonido repetitivo, rápido y súbito.

De acuerdo con Cubo, estas manifestaciones pueden ser desde movimientos menores y diminutos (como gruñidos, aspiración de aire por la nariz, tos) hasta movimientos y sonidos constantes que no se pueden controlar.

Otros síntomas que un niño manifiesta son: empujones con los brazos, parpadeos de los ojos, saltar, patear, encoger los brazos, entre otros. Estos tics pueden darse muchas veces durante el día, pero tienden a mejorar o empeorar en diferentes momentos, y pueden cambiar con el tiempo. Los síntomas generalmente empeoran antes o a mediados de la adolescencia.

Muchas personas con el síndrome de Tourette pueden dejar de hacer el tic por períodos de tiempo. A menudo, el tic disminuye o desaparece durante el sueño.

Diagnóstico, exámenes y tratamientos

No existen pruebas de laboratorio para determinar este síndrome; sin embargo, un neurólogo debe realizar una evaluación para descartar otras causas de los síntomas.

Para que se diagnostique el síndrome, el paciente debe haber manifestado muchos tics motores y uno o más tics vocales, aunque estos dos no se manifiesten al mismo tiempo; puede haber manifestado tic durante un día, semanas o un año; haber comenzado los tics antes de los 18 años y no tener otro problema cerebral que pudiera ser una causa de los síntomas.

Hay medicamento para los tics, pero deben tomarse de acuerdo con las indicaciones del médico. Entre la lista de fármacos para controlar los movimientos están los anticonvulsivos, los de presión arterial (clonidina), inyecciones de toxina botulínica y bloqueadores de dopamina, como flufenazina, haloperidol, pimozida y risperidona.

Es recomendable que al presentar cualquier síntoma y signo se realice un control con un especialista, para seguir un tratamiento adecuado que ayude a superar este trastorno neurológico.