Inseparable amigo, el celular

El teléfono móvil puede ser un gran aliado para la comunicación y el entretenimiento, pero también puede convertirse en una cadena de esclavitud y obstáculo para el buen descanso

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por Texto: Alfredo García Twitter: @allfogarcia Fotografía: EDH

2014-06-21 7:00:00

Es el símbolo de la comunicación más universal de nuestros días. A través de él una persona se puede comunicar con el mundo entero; hablar, trabajar, ver películas y videos, coquetear, enamorarse, jugar, comprar y hasta pagar las cuentas. Ese es el celular inteligente.

Vivir sin él hoy en día es inimaginable, a pesar de que hace solo unos años todas estas actividades a través de un teléfono eran solo una ficción del cine.

Pero cuando ese amigo se vuelve inseparable y se lleva a todas partes o se prefiere emplearlo cuando se está frente a otras personas, tal vez no sea una buena señal.

Pero lo que definitivamente es una señal de alerta es irse a la cama con él, que sea la última cosa que mira antes de dormir y la primera que busca al despertarse. ¿Por qué? El celular es uno de los mayores obstáculos para tener un descanso reparador. Y no dormir bien tiene consecuencias que se pagan a corto y mediano plazo.

“El celular sí altera el sueño, especialmente en el adolescente y los adultos que van a la cama con mil ideas en la cabeza. El celular es uno de los saboteadores del sueño. Esto no se veía hace 15 años y hoy lo vemos hasta en niños de 10 años”, afirmó la neuróloga Elena Majano de Carías.

“Este aparato rompe una rutina de sueño y el ambiente familiar, ya que no hay una convivencia después de la cena…”, agregó la especialista en medicina del sueño y movimientos anormales.

La luz blanca del celular, y la de otros dispositivos como la tableta y la computadora, es un inhibidor del sueño, ya que impide la producción de melatonina, la hormona que dicta los ritmos del reloj biológico de descanso.

“La melatonina es la que nos manda a la cama a una hora determinada, nos hace bostezar. Se produce durante el día con el sol y se libera al anochecer. La primera gran liberación de melatonina se da a eso de las 6:30 de la noche. La otra gran liberación es tipo 8:30. Ya nos va preparando para el sueño”, explicó la Dra. Majano de Carías.

La luz del celular “mata” los impulsos de esta hormona que prepara el cuerpo para ir a la cama, que en promedio es alrededor de las 10:00 de la noche en El Salvador. Cuando el efecto adormecedor de la melatonina es ignorado por la persona el insomnio puede aparecer horas después cuando se intente dormir.

Los amigos distractores

La diversidad de aplicaciones para conversar y redes sociales como WhatsApp, Telegram, Facebook, Twitter e Instagram se han convertido en uno de los grandes atractivos de miles de adolescentes y también adultos, que con frecuencia retrasan el tiempo de descanso, lo que va produciendo una deuda de sueño al cuerpo.

Contrario a lo que se cree, dormir es una acción muy importante en la que ocurren muchas cosas para mantener el equilibrio físico, emocional y de todo el sistema nervioso.

“Durante el sueño se producen cambios hormonales, bioquímicos, metabólicos y de temperatura, necesarios para el buen funcionamiento del ser humano durante el día”, publicó en un artículo reciente el periódico español ABC.

“Durmiendo restauramos funciones muy importantes para nuestro cuerpo como la reparación de tejidos, la síntesis de proteínas, el crecimiento muscular… Gracias a estos mecanismos se mejora la función cognitiva además de combatir el cansancio neurológico. Estudios de privación total del sueño en animales demuestran que en pocas semanas pierden toda la capacidad inmunológica y mueren”, agrega el artículo.

Por su parte, la revista Sleep publicó este año uno de los mayores estudios hechos hasta la fecha usando la resonancia magnética funcional, en el que demostró que la memoria de las personas que duermen mal tienen menos retentiva y pierden la capacidad de concentración. “De acuerdo con estos resultados, no es sorprendente que tengan la sensación de esforzarse más para hacer el mismo trabajo”, dijo Sean Drummond, autor principal de la investigación y profesores de psiquiatría de la Universidad de California.

Por su parte, la neuróloga Majano de Carías advirtió que “hay situaciones en las que uno tiene que dormir con el celular encendido, por alguna emergencia cuando uno es doctor, o cuando está esperando una llamada especial. Pero un adolescente no tiene nada que hacer chateando o hablando después de las 9:00 de la noche. Lo mejor es ponerle un tope, y ponerse límites uno mismo también”.