Alcohol, un gancho directo al hígado

El abuso de las bebidas alcohólicas provoca que una persona exponga su hígado a enfermedades hepáticas que sólo pueden prevenirse con la abstinencia

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por Texto: Elis Silva

2014-06-14 8:00:00

Un “trago” entre amigos es una actividad que millones de personas acostumbran a realizar cada semana en todo el mundo, esto ha sido denominado como un rito social aceptable, pero ¿En qué momento llega a ser esto perjudicial para el cuerpo humano? ¿De qué manera reacciona el organismo ante la ingesta continua de alcohol?

Uno de los órganos que resulta más afectado es el hígado, ya que una vez que el alcohol llega a la circulación sanguínea, se envía a este, donde debe ser asimilado y procesado para que se convierta en una sustancia que no sea dañina para el cuerpo.

“El hígado es un órgano muy importante para la vida, una de sus funciones principales es el aprovechamiento de todos los nutrientes que ingerimos diariamente. En el hígado se producen las proteínas del cuerpo y los factores de la coagulación y se produce la bilis, que es muy importante en la digestión de las grasas”, comentó el Dr. Francisco Arévalo, director presidente de Gastroclínica, instituto de enfermedades digestivas.

Es decir que dicha víscera hace mucho esfuerzo en mantener limpia la sangre, y que el alcohol es un tóxico que deja su rastro invasivo en dicho órgano.

“El alcohol es una fuerza exigente en el hígado que requiere que deje a un lado sus actividades normales para metabolizarlo. De hecho, metabolizar grandes cantidades de alcohol puede cambiar permanentemente la estructura celular del hígado, lo que a su vez afecta la capacidad de metabolizar las grasas. La grasa se queda en el hígado en vez de moverse hacia el cuerpo y ser usada”, explicó por su parte el Dr. Mauricio Ernesto Santamaría, cirujano gastrointestinal y colorectal.

Según los médicos, las bebidas alcohólicas dan paso a tres enfermedades hepáticas, hígado graso, hepatitis alcohólica y cirrosis hepática. El límite de cantidad alcohólica por arriba del cual se aumenta la posibilidad de enfermedad hepática alcohólica es 60 ml. de alcohol al día para el hombre (equivale a dos tragos dobles) y 20 ml. para las mujeres, son mucho más propensas.

Si una persona promedio traspasa los límites de ingesta es muy probable que con el tiempo vea resultados negativos, como hipertensión portal, várices esofágicas y sangramientos del tubo digestivo, que pueden tener como resultado la muerte.

Pero cada cuerpo es diferente y la recepción de bebidas y alimentos difiere en cada caso. Esto no quiere decir que con los años no se llegue al punto en que el hígado se vea dañado.

De acuerdo al Dr. Arévalo, en promedio se calcula que la enfermedad hepática puede aparecer después de 10 años de consumir las cantidades ya mencionadas, aunque, generalemente, sólo aparece la enfermedad entre 15 % y 40 % de los bebedores crónicos.

Esto quiere decir que no todas las personas pueden sufrir una enfermedad hepática, depende de muchos factores, entre ellos el hereditario, el estado nutricional, infecciones de virus de hepatitis, el uso de drogas concomitantes y el sexo, como se dijo, la mujer está más expuesta al problema.

“De los diferentes modos de metabolizar el alcohol depende la susceptibilidad personal al mismo, es decir, que la intensidad subjetiva ante una misma ingesta de alcohol puede ser diferente para dos sujetos, hecho que se debe a las diferencias genéticas que presenten… queda establecido así el vínculo entre genética y alcoholismo, y en última instancia esto se ve reducido a la mayor o menor vida media de dos enzimas denominadas aldehido, deshidrogenasa y alcohol deshidrogenasa, presentes en el hígado. Este factor viene modelado genéticamente”, sostuvo el Dr. Santamaría.

En cuanto a la solución a estos problemas, los expertos coinciden que la mejor medicina es la abstinencia: “La única manera de evitar el daño hepático es abstinencia, se ha comprobado que los que la logran han sobrevivido y el daño no progresa”, explicó el Dr. Arévalo, especialista también miembro activo de la Asociación de Gastroenterología de El Salvador.

También se recomienda mejorar la nutrición, ingerir complementos de vitamina B12 y ácido fólico. Cualquiera de las enfermedades mencionadas puede ser prevenida con la abstinencia o un consumo moderado de bebidas alcohólicas.