Los académicos rinden homenaje al alfabeto

Con el libro "Al pie de la letra", estos estudiosos de la lengua dan su testimonio en el mundo de las palabras.

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elsalvador.com

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2014-04-03 7:00:00

MADRID. Como si de un juego se tratara, los académicos de la Lengua glosan las letras de los sillones que, “por azar un poco misterioso”, les ha correspondido ocupar y lo hacen en un libro singular, ampliado ahora con nuevos textos, que tiene que ver con “el mundo de la quimera, la fantasía y la erudición”.

De azar, quimeras y fantasías hablaba hoy José María Merino, al presentar en la sede de la RAE “Al pie de la letra. Geografía fantástica del alfabeto español”, publicado por la Fundación José Manuel Lara con testimonios de 67 académicos, algunos ya fallecidos y que, por primera vez, se pone a la venta. Las ilustraciones son del argentino Óscar Astromujoff.

Las ediciones que vieron la luz en 2001 y en 2007 tuvieron carácter no venal y circulación muy restringida.

Este “hermoso libro”, como lo calificaba hoy el director de la RAE, José Manuel Blecua, forma parte de la conmemoración del III centenario de la Academia y constituye “una ingeniosa aproximación” a la letra de cada académico, señalaba Darío Villanueva, secretario de la RAE, que en su letra, la “D” mayúscula, se ha permitido el lujo de no utilizarla a lo largo de todo el texto que firma.

Las letras, dice Manuel Seco en el capítulo de la “A”, “son las manos y los pies de nuestros mensajes escritos. Sin ellas no existiría nuestra cultura”.

Para Luis Goytisolo, la “C” está en “palabras de la vida” como “cuerpo, corazón y cerebro”, y forma parte de “palabras fuertes” como “carajo, culo o cojones”, términos que “todo el mundo dice pero que a muchos escritores les da un no sé qué escribir”.

Al “culo” alude también Camilo José Cela en su defensa de la letra “Q”, por la que siente una “insólita reverencia” ¿El motivo? Pues que esa letra, “léase cu, mayúscula, es la silla académica donde cada jueves asiento mi cu, tradúzcase culo, y ya se sabe que de bien nacidos es ser agradecidos”.

Miguel Delibes, que ocupó el sillón “e”, decía que quienes se dedican a la narración, aquellos que construyen “historias de hombres, paisajes y pasiones”, responden mejor “al título de hombres de palabras más que al frecuente y pomposo de hombres de letras”. —EFE