Una retrospectiva de El Salvador se construye bajo la escritura limpia, sabia y tersa del escritor salvadoreño Jorge Galán. Su obra más reciente “La habitación al fondo de la casa”, cautiva la memoria de un lector frágil con una poderosa voz que da verosimilitud a lo fantástico dentro de una realidad.
Durante el conversatorio que protagonizó el poeta el pasado 7 de marzo, en la Biblioteca Hugo Lindo de la Universidad Dr. José Matías Delgado, Galán reveló que su novela es una construcción basada en algunos recuerdos de su infancia. Pero que todo el libro es ficción.
“Yo quería contar una historia como las que mi abuelo me contaba. Donde lo fantástico tiene una relación con la realidad. La novela desarrolla una acción narrativa, similar a la casa de mi niñez”, explicó.
Luego añadió: “En el libro hay algunos detalles tangenciales de mi familia, como mi abuelo trabajando en el canal de Panamá o mi abuela y los apellidos de algunas de sus amigas. Estos detalles no hacen alusión a que todo sea real”, aseveró Jorge Galán, a los presentes en el conversatorio.
En la nueva historia de Galán, los personajes que aparecen tienen sus propias vivencias mágicas bajo una sola línea narrativa, como la mujer sin líneas, la del hombre que espera un milagro, o el que trabajó en el Canal de Panamá.
Pero su protagonista, Magdalena, presenta un cambio radical a raíz de una propia tragedia dentro de su familia.
“Magdalena es un reflejo de las madres solteras que se enfrentan a todo. Ella es un personaje puro que se va oscureciendo poco a poco por todo lo que hemos vivido. Con este personaje vemos una visión de la cotidianidad del país ante la violencia”, agregó el escritor.
La maestría con la que Jorge Galán dosifica la intensidad en su historia, realza los contornos de la vida cotidiana en un San Salvador que parece demasiado tranquilo donde ocurren cosas extrañas, promesas del tenebroso futuro que alcanzará antes o después a sus habitantes.
Asimismo, el poeta manifestó que el libro teje la historia de una saga familiar.
La novela ya está a la venta en La Casita y en la Ceiba, a $15.00