Jared Leto: “Los que tienen mi edad, probablemente no saben mucho sobre mi banda ’30 Seconds to Mars’.

El exitoso cantante estadounidense jamás imaginó que podría ganar un ??scar, y lo hizo en la piel de un travestido drogadicto con sida

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Por Fabián Waintal Corresponsal en Hollywood escena@elsalvador.com

2014-03-04 7:00:00

El ritual ya es clásico. La ganadora del Oscar del año anterior, tiene el honor de entregarle el Oscar al nuevo ganador. Y esta vez, no hubo cambios. Recién había empezado la ceremonia, cuando Anne Hathaway subió al escenario para anunciar a los nuevos nominados: Bradley Cooper por el personaje del agente del FBI en ‘American Hustle’, Michael Fassbender por el temible amo de los esclavos de ’12 Years a Slave’, un menos conocido Barkhad Abdi por su rol como pirata en ‘Captain Phillips’, Jonah Hill como el socio de DiCaprio en ‘The Wolf of Wall Street’ y Jared Leto por su irreconocible personaje de un travesti enfermo de SIDA en ‘Dallas Buyers Club’. Y mientras las cámaras mostraban un primer plano de los diferentes nominados, Anne Hathaway abrió el clásico sobre lacrado con el nombre del ganador, nuestro entrevistado: Jared Leto.

Cuando te había entrevistado en el Festival de Cine de Toronto, me habías prometido que si ganabas el Oscar, me lo ibas a agradecer…

—Es verdad, te lo agradezco ahora. Gracias! (Ríe)

Hablando en serio, en tu verdadero agradecimiento del Oscar te acordaste de tu madre, por encima de nadie. Y pudiendo haber elegido cualquier otra persona, también la elegiste a ella para ir a la ceremonia…

—Le agradecí a mi madre, porque ella es todo para mi. Tardaría días en explicarte las diferentes formas que me inspira. Fue un orgullo traerla conmigo al Oscar y me siento con suerte por haber podido agradecerle en una forma tan original.

¿Y la mención a la gente de Ucrania y Venezuela?

—Primero que todo, lo hice porque es algo importante para mi. Pero también porque tenía la oportunidad de pararme en un escenario donde podía prender semejante luz. Estados Unidos es mi casa, pero yo me siento en casa en todo el resto del mundo y los temas globales nos impactan directamente. Te doy un simple ejemplo: En un par de semanas voy a presentarme en Ucrania y después en Tailandia, pero estuve a punto de programar una presentación en Venezuela. El problema social nos afecta muchísimo y me pareció importante interactuar, como lo hago con la gente de Instagram, Twitter o Facebook.

Volviendo al Oscar, teniendo en cuenta que ya habíamos hablado de semejante posibilidad en el mes de Septiembre, cuando estrenaron por primera vez en Toronto… ¿En qué momento pensaste que realmente podías soñar con algo así?

—Es una buena pregunta, pero la verdad nunca pensé que podía pasar. Y no creo que nadie en el estudio lo haya imaginado. Nunca hablamos de los resultados. Nunca hablamos de premios, ni siquiera el potencial. Solamente discutimos como podíamos hacer el mejor trabajo, para darle vida a nuestra historia. Por ahí pasó nuestra concentración. Nunca, ni en un millón de años pude haber soñado que te iba a hablar del Oscar, ahora. Ni siquiera era una fantasía mía. Nunca pensé que podían llegar a darme un premio, porque nunca gané un premio por nada que hice en cine, hasta ‘Dallas Buyers Club’. Y lo únicos premios que recibí fueron por lo que más me critican, que es la música.

¿Es cierto que la gente de maquillaje y peinado que tanto trabajó para tu Oscar (y además ganaron su propio premio) tenían con un presupuesto de apenas 250 dólares en ‘Dallas Buyers Club’?

—De verdad tenían un presupuesto de 250 dólares. No es broma. Y fueron los que más duro trabajaron en el estudio. No sé si lo sabes, pero venían cuando salía el sol y no se iban hasta la noche. Trabajaron sin descanso, porque eran esenciales para construir nuestros personajes.

¿Y también es verdad que durante la filmación de ‘Dallas Buyers Club’ vivías todo el tiempo como tu personaje del travesti Rayon?

Sí, no podía evitarlo, era parte del proceso.

¿Es tu estilo de trabajo como actor?

—Lo hice millones de veces, pero no en todas las películas. Cuando trabajé en ‘Panic Room’, no necesité vivir como el personaje, porque no me pareció necesario. Pero sí, siempre trato de estar lo más cerca humanamente posible a mis roles. Y en esta película, había demasiados atributos diferentes a mi estilo de vida, incluyend o la forma de hablar y los movimientos del cuerpo. No podía dejarlos por completo cuando había un corte de cámara para volver de nuevo al personaje cuando dijeran “Acción”. No era lógico y por eso elegí ese sistema.

¿Y después de haber vivido tanto tiempo como otra persona, qué tan difícil es despedirse para retomar tu propia personalidad?

—Es una buena pregunta y en cierta forma es una despedida amarga, porque tuve que despedirme de todo el trabajo que había hecho, pero llega un momento en que tengo que volver a ser yo. Algo parecido le pasó a la primera mujer que había navegado sola alrededor del mundo. Era francesa y cuando le preguntaron lo más difícil del viaje dijo que fue cuando llegó la hora de volver a Francia y tuvo que pisar tierra de nuevo, porque ya se había acostumbrado al desafío de estar sola en el mar. Y así es como me siento yo a veces, cuando termino una película.

¿Es verdad que también bajaste muchísimo de peso, en apenas tres semanas? ¿El esfuerzo se nota con el Oscar?

—Llegué a pesar 114 libras y paré de contar. Perdí más de 30 libras, pero ya no me importaba. En otras películas como ‘Requiem’ también había hecho algo parecido. Y en ‘Chapter 27’ había aumentado 60 libras (en el personaje del asesino de John Lennon). Pero la verdad, el peso es algo interesante porque primero que todo te da cierta fragilidad, pero también afecta la forma de caminar, de hablar, de reir, hasta la respiración, toda la energía cambia. Es algo importante para contar la verdad, pero también es un compromiso del que tampoco podía alejarme.

¿Lo más insólito de haber vivido todo el tiempo como un travesti, más allá de los tacos altos y el Oscar?

—Lo interesante es la forma diferente que me trataba la gente, especialmente cuando vivía todo el tiempo como el personaje (travesti) de ‘Dallas Buyers Club’. Y lo curioso es que los hombres más masculinos, los más duros eran los que mejor me trataban (Risas). Después de un par de días, creo que en sus ojos me volví una persona diferente y viví amabilidades donde me dejaban pasar primero o me daban la mano cuando bajaba del auto, como si fuera una mujer. La gente me cuido muchísimo. Son tan dulces… (Risas). Fue muy dulce sentir que me trataban como una dama.

¿Pensaste en el Oscar cuando estabas filmando la película?

—No, ni siquiera esperaba estar en esta película, ni pensé que podía llegar a tener la respuesta que tuvimos. Te lo digo honestamente, no planeaba hacer hacer esta película, así que nunca lo imaginé.

¿De verdad? ¿Y cómo fue que aceptaste la película entonces?

—Al principio, yo no quería leer el guión de ‘Dallas Buyers Club’, porque no tenía tiempo en mi vida para algo así. Ya sabes, uno está ocupado, te llaman y suena genial, pero no tenía lugar en mi vida. Y cuando leí el guión, me encantó. Pero igual, yo había planeado encontrarme con el director, Jean-Marc Vallé, por Skype y rechazar la película (Risas). Pero hice algo bastante interesante, quise ver si yo era capaz de hacer un personaje de travesti como ese. Me encantaría haber filmado aquella reunión… cuando me conecté por Skype, había traido un lápiz labial conmigo y después de presentarnos, cuando él dijo un par de palabras, yo levanté mi lápiz labial y me pinté los labios. Él debe haber pensado que yo me había ido (vuelve a reir), pero volví hablando con la voz cambiada, me cambié el saco y me puse un sweater rosa y empecé a coquetear con él… Al día siguiente ya me habían contratado.

¿Qué opinas del Oscar de Matthew McConaughey?

—Él debe haber sido la razón más importante por la que me decidí a hacer la película. Pensé que si él estaba dispuesto a caminar por esa ruta, tenía que haber algo especial. Como actor, él viene tomando decisiones interesantes, haciendo películas inteligentes. Y en películas así, es increíble todo lo que se logra con un buen actor en frente. No sé si alguna vez jugaste al tenis, yo tampoco soy muy buen jugador, pero puedo devolver una pelota. Y si te ponen en frente a Andre Agassi o alguien parecido, seguramente puede mantenerte juganndo por horas. Y grandes como Matthew McConaughey hacen lo mismo, con una actuación. Toman el control y pueden pasarte la pelota, haciendo todo mucho más fácil.

¿Te inspiró alguien en particular, para tu personaje?

—Puro producto de mi imaginación. Y supongo que yo hubiera sido así, si hubiese elegido ese camino. Conocí personas parecidas, pero lo único que hice fue escucharlos. Presté mucha atención, hablé un poco, presté más atención y después trabajé, trabajé y trabajé. Y volví a trabajar un poco más. Pienso que todos sentimos que la película tenía el potencial de ser algo especial, porque la historia tiene sentido.

La película ‘Dallas Buyers Club’ justamente cuenta la verdadera historia de un grupo de enfermos de SIDA que lucharon por encontrar la cura de su enfermedad, en contra de las típicas recetas médicas, buscando metodos poco convencionales como un Club de Compradores en Dallas donde pagando una cuota mensual podían acceder a ciertos medicamentos que ni siquiera habían sido aprobados en Estados Unidos. Y uno de esos miembros, era el travesti que personifica Jared Leto.

¿Lo más difícil de perder tu propia personalidad en medio de una actuación como esta?

—Hay ciertas cosas simples y técnicas como la voz o la forma de caminar. Pero lo más difícil es el compromiso de hacer algo así por un período largo de tiempo. Eran las cinco de la madrugada y yo ya estaba lleno de pelucas y maquillaje. Estaba por horas en la silla de maquillaje. Por horas. Y semejante compromiso, con tanta concentración es muy difícil. Hubo días en que moría por quitarme la peluca y escaparme para no volver nunca más (Risas).

En la ciudad Bossier City con apenas 60.000 habitantes, Jared Leto nació el 26 de Diciembre de 1971 con el verdadero nombre de Jared Joseph Bryant (Leto en realidad es el apellido del padrastro). Con una inclinación artística, había empezado a estudiar pintura en la Universidad de las Artes en Filadelfia, hasta que decidió por la actuación en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. Buscando un futuro como músico, mientras buscaba trabajo como actor, Jared se mudó a Los Angeles en 1992, consiguiendo roles en algunos programas de televisión que tampoco tuvieron larga vida. Seis años después, con su hermano Shannon formaron el grupo de música ’30 Seconds to Mars’, al mismo tiempo que Jared encontraba mejores trabajos en el cine con películas como ‘The Thin Red Line’ (nominada con 7 Oscars), ‘Fight Club’ (donde él se tiño el pelo de rubio) y ‘Alexander’ (donde se habló de un romance con Angelina Jolie… después de haber estado de novio con Cameron Diaz, durante dos años). Pero la música de ’30 Seconds to Mars’ lo había separado del cine… hasta el Oscar de ‘Dallas Buyers Club’.

¿Por qué habías dejado la actuación, antes del Oscar de ‘Dallas Buyers Club’?

—No tenía tiempo, estaba muy ocupado. Había vivido cinco o seis años sin el cine. Y tampoco fue porque no me gusta la actuación, simplemente ocupaba mi tiempo con mi banda ’30 Seconds to Mars’.

¿Y sobre el grupo ’30 Seconds to Mars’, no te cruzas con gente en Hollywood que todavía no conoce tu música?

—Los que tienen mi edad, probablemente no saben mucho sobre mi banda ’30 Seconds to Mars’. Pero es gracioso haber logrado algo tan imposible… Yo era actor, pero siempre había hecho música, desde muy chico, tocando con mi hermano que también está en la banda. Y tuvimos mucho más éxito del que esperábamos. Tocamos en Africa, Asia hasta el Ártico, con los shows más grandes que puedas imaginarte. Tocamos en festivales de Europa, a veces delante de miles de personas. Y es imposible negarme a algo así. Es muy fácil dejar pasar cinco años haciendo algo así.

El director, justamente me comentó que en la película no hubo suficiente música por falta de presupuesto ¿Cómo es que no te aprovecharon para incluir tu música al menos?

—No, no, no, hay que separar la Iglesia del Estado. Es bueno mantener la igualdad y separar los temas.

¿Cómo reaccionas cuando te cruzas con alguien que vio alguna de tus películas como ‘Fight Club’, ‘Panic Room’ o incluso ‘Dallas Buyers Club’ pero no saben que te habían visto, porque no lograron reconocerte?

—Me parece bien…

¿No resulta en cierta forma un elogio para un buen actor?

—Es algo que aprecio, pero suena mejor cuando me reconocen. Me acuerdo una historia del primer trabajo de Harrison Ford, donde tenía que actuar como un acomodador o algo así en una película y después lo llamaron del estudió para decirle que no veían la actuación de una estrella de cine. Y él les dijo “Es gracioso, porque yo pensé que querían ver un acomodador”. Eso me pareció genial y por eso yo no sigo el camino de la estrella de cine, prefiero el camino de mostrar un buen personaje.

¿Y después de haber ganado un Oscar, vamos a verte más seguido en el cine o vas a volver a la música?

—Es la última película que pienso hacer! (Risas) No, la verdad, no te puedo responder que voy a hacer.

¿Pero qué va a pasar con el grupo ’30 Seconds to Mars’?

—Todavía estamos tocando. Grabamos un album hace unos meses, se llama ‘Love, Lust, Faith and Dreams’. Incluso nos dieron un premio de MTV por el Mejor Video de Rock. Y también estuvimos de gira por europa. Las cosas van fantástico en la música.

¿Es posible combinar la música con la actuación?

—No creo que lo haga, más allá de los videos musicales que hacemos que son muy elaborados.

¿Pero qué es mejor? ¿Subir al escenario como una estrella de rock o ganar un Oscar?

—La buena noticia es que no tengo que elegir. Pero lo interesante, como le comentaba a mi hermano, es que el teatro del Oscar es un lugar chico comparado con el público de ’30 Seconds to Mars’. Es algo muy diferente, pero también muy impresionante y divertido. De repente veía a Leo Di Carprio y Meryl Streep cuando agradecí el Oscar en el escenario y en un momento me puse a hablar con De Niro, como si el lugar no fuera lo suficientemente intimidante, hasta que me di cuenta que era más fácil darme vuelta para hablar con mi madre.

¿Al momento de subir al escenario como músico no llevas nada de la actuación?

—No, la diferencia es que en la música no tengo que construir ningún personaje. Ahí, yo soy yo. En el escenario, en cierta forma, es más una conversación muy íntima y es ahí donde me siento también más cómodo. Me acuerdo cuando se agotaron las entradas en Londres, con 20.000 personas y yo toqué solo, en medio de la gente, donde la vista era de 360 grados, con una sola luz enfocándome. Y me sentí más cómodo en ese momento que en cualquier conversación de una fiesta. Supongo que es algo común para los cantantes, como también pienso que cantar con una banda es algo completamente diferente al rodaje de una película. aunque la creatividad venga del mismo lugar.

¿Cuál de todas tus canciones al menos te parece que iría perfecto como música de fondo en un momento así, en medio del Oscar, tu Oscar?

—’Kings and Queens’ probablemente sea un buen himno. Pero ‘City of Angels’ sería todavía mejor. Yo hice un cortometraje por esta canción y entrevisté a Kayne West y James Franco, además de varias celebridades y gente que vive en Hollywood Boulevard, gente que no tiene techo. Entrevisté a los que se disfrazan de Superman y Marilyn Monroe. Y lo hice inspirado en la canción ‘City of Angels’. Por eso creo que sería el tema más apropiado. Lo filmé en este mismo lugar, en esta misma calle. Y yo vivo a menos de dos kilómetros. Es increíble disfrutar algo así, tan cerca de casa.