Tristeza no es lo mismo que depresión

Especialistas aclaran las diferencias entre ambos términos, que comúnmente son confundidos. Su diagnóstico es básico para tomar acción y superarlos

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elsalvador.com

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2014-03-15 8:00:00

Estar triste no es igual a estar deprimido. Aunque se presenten síntomas similares especialistas aclaran que el paso fundamental para superarlos es saber diferenciar entre estos dos términos.

El sentimiento de tristeza es provocado por una pérdida, que puede ser un familiar, una pareja o un ser querido, un trabajo o una fuerte cantidad de dinero, entre otras razones. Generalmente su padecimiento es temporal. No más de un par de días, aunque su extensión dependerá de la profundidad del vínculo emocional con lo que se ha perdido.

“Una tristeza es un sentimiento normal el cual puede ir y venir en un momento. Generalmente tiene una causa muy puntual como si mi novia me dejó o porque alguien falleció”, explicó el Dr. en psicología Daniel Guttfreund.

“La gente suele confundir ambos términos porque sus síntomas se parecen mucho. Una depresión no es un sentimiento, es una enfermedad emocional que tiene síntomas muy claros”, afirmó Daniel Guttfreund.

La depresión es diagnosticada únicamente por un psicólogo o psiquiatra. Y para ello se analiza si la persona presenta señales. La más reciente edición del “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM 5) define a una persona deprimida cuando presenta más de cinco síntomas por más de dos semanas.

Entre estos se encuentran: falta de interés o placer en las cosas, pérdida de peso (sin hacer dieta), insomnio o hipersomnia (dormir demasiado), fatiga diaria, sensación de valer poco como persona, sentimientos de culpa que no son apropiados a la realidad, dificultad para concentrarse, indecisión, tener ideas recurrentes de muerte o suicidio.

“Estamos hablando de una persona que por lo menos en dos semanas tiene una tristeza prolongada. Ahí veo que es un cuadro clínico depresivo”, dijo Guttfreund.

La depresión tiene múltiples causas, desde eventos traumáticos hasta la herencia genética.

“Hay una gran predisposición genética de la depresión. Cuando se ha tenido padres depresivos los hijos tienen un mayor riesgo de padecerla, pero no solo por los genes, sino que vivir y crecer con personas deprimidas tiene una gran influencia en su entorno”, agregó el psicólogo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “se calcula que la depresión afecta a unos 350 millones de personas en todo el mundo. La depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana”.

Esta enfermedad puede tener consecuencias graves de salud y sociales, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave. “Puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede llevar al suicidio, que es la causa de aproximadamente un millón de muertes anuales”, dice la OMS.

¿Por qué ayuda el ejercicio?

Una de las recomendaciones más frecuentes y efectivas contra una tristeza prolongada que dan los psicólogos es la práctica de actividad física. “El ejercicio es muy sano para las depresiones y ansiedades porque hay bioquímicos que se producen cuando uno lo practica, se estabiliza el metabolismo y nos ayuda a estar menos ansiosos y tristes”, describió el especialista en salud mental.

Para combatir la tristeza y la depresión los psicólogos también aconsejan desarrollar una vida espiritual, expresar con alguna persona de confianza sus ideas y no aislarse.

Para quien quiere ayudar a otra persona deprimida no se recomienda decir frases como “no te pongas así” o “tenés muchas razones para estar feliz”, ya que estas ideas desarrollan sentimientos de culpa en el paciente por tener cosas buenas y a pesar de eso sentirse mal. Lo mejor es escucharla y no temerle a la tristeza, ya que es un sentimiento normal, así como la alegría.

En algunos casos la depresión puede ser tratada con medicamentos para ayudar al paciente a salir más rápido de la enfermedad.

“En la mayoría de los casos la enfermedad se supera al cabo de un año por sí sola. Pero un año puede ser muy dañino para una persona. Un antidepresivo ayuda a superarlo mucho más rápido”, afirmó el Dr. Daniel Guttfreund.

Sin embargo, la OMS aclara que “los antidepresivos pueden ser eficaces en la depresión moderada a grave, pero no son el tratamiento de elección en los casos leves, y no se deben utilizar en niños ni como tratamiento de primera línea en adolescentes, en los que hay que utilizarlos con cautela”.