MÉXICO. Ely Guerra, quien está por cumplir dos décadas en la escena musical, dice que la suya ha sido una lucha constante por dignificar un proyecto independiente basado más en la creatividad espiritual que en los estándares dictados por la industria discográfica.
La cantautora mexicana señala que las experiencias reunidas estos 20 años le hacen sentir que pisa sobre cimientos firmes y que, pase lo que pase, “nada la derrumbará”.
“Lo mío es más un éxito espiritual y emocional que otra cosa. Efectivamente, han pasado 20 años desde que inicié en esto y seguramente para muchos, lo mío es un fracaso, pero yo puedo decir que me siento muy orgullosa de cómo hemos hecho las cosas y cómo las hemos querido hacer”, manifestó en una entrevista reciente en la Ciudad de México.
De atractivo indiscutible y un carácter firme que transforma en energía cada vez que se sube al escenario con su guitarra, la compositora indica que, para ella, el gran reto que enfrenta como intérprete es aprender a ser auténtica y comprenderse hermosa a sus 42 años.
“No lo niego, soy vanidosa, hago ejercicio, como saludablemente y me embarro lo que me tenga que embarrar. ¡Hago todo! Pero en el fondo tampoco quiero estar preocupada porque mi estética sea perfecta; me preocupa más estar contenta y tener un buen diálogo con los que me topo por la vida que obsesionarme con parecer una chiquilla de 20 años”, apuntó.
Recordó que cuando comenzó en el mundo del rock tuvo que sacar a flote su vena rebelde y defenderse de los obstáculos que algunas personas de la industria musical le impusieron al querer destacar más su belleza física que su capacidad para componer. Un reflejo de esa sublevación fue raparse la cabeza.
“Cuando llegué a las disqueras a tocar puertas, algunas personas decían que mi físico me abriría muchas puertas y que triunfaría siendo una intérprete de música pop, joven y bonita”, recordó. “Entonces comencé a crear una especie de caparazón que me ayudara a protegerme de eso que yo no quería, parte de ese escudo fue cortarme la cabellera”.
“Siempre habrá alguien que te diga lo que es correcto y, honestamente se respeta y lo entendemos, pero entonces en este juego va a decir: ‘No gracias’. No queremos entrarle a algo que no podremos sustentar después. Me encantaría tener un éxito a un nivel desproporcionado, pero comprendo mi momento, comprendo que es complicado para los demás entender una mente que está a otra revolución”, añadió.
Guerra recordó que en la década de 1990, la revista Time publicó en su portada una fotografía de ella posando junto con su colega Julieta Venegas en un amplio reportaje sobre las nuevas divas latinoamericanas en el que también figuraron la fallecida cantante de Santa Sabina, Rita Guerrero y Shakira.
“La verdad es que en el camino he tenido la oportunidad de toparme con el error como un margen de aprendizaje”, dijo. “Viendo al pasado, siento entonces que, en esta otra área del proyecto, desde una plataforma independiente, se está construyendo la música”.
Después de pertenecer a las filas del desaparecido sello BMG y EMI Music, desde hace algunos años la ganadora de un Latin Grammy ha orientado su camino desde la independencia, financiando sus propios discos y distribuyéndolos de diversas formas, echando mano de las plataformas digitales. Su nuevo álbum inédito no será la excepción.
La autora de “Ojos claros, labios rosas” y “Stranger” ya comenzó a componer las canciones de su sexto álbum, que planea grabar este año. —AP