El Salvador con-jugado en presente

El Salvador es una seguidilla de meteduras de patas que comienzan con "ca". Una surrealista conjugación de hechos que siempre terminan en "gada"

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elsalvador.com

Por De Willian Carballo

2014-02-28 11:00:00

Yo amaño. Tú plagias. Él llora. Nosotros naufragamos. Vosotros embarazáis a una monja. Ellos estrellan un Ferrari o regalan una canasta de flores y chocolates. Y aunque suena a examen reprobado de Lenguaje en octavo grado es solo la conjugación de El Salvador en tiempo presente. Pena.

Moriríamos de frío y de tristeza en las perfectas Suecia o Noruega, lo sé, pero esto que pasa en la tierra del Tío Periquito y El Cipitío ya roza lo absurdo. ¡No hay debate! ¡Sí hay pollos (muertos en accidente)! ¡No hay papel para limpiar los errores de campaña! Y lo único que nos queda, cortesía del “caundidato que mais apouya a las mouyeres”, es solo un chambrerío de viejas y poco más. Los memes, tal vez.

¿Quién escribe nuestros guiones? ¿Hitchcock? ¿El redactor de Código 21? ¿Jhosse Lora? ¿”Acectan”? La Fiscalía va tras un carrito de chorys cuyo pecado era hacer “protesta social”. Tenemos a un mariachi con eyaculación creativa precoz. Payasos “tontines” que pagan comunicados. Chicas 007 tropicalizadas. Donas de chocolate que saben mejor que cualquier comida típica o cualquier lágrima salada. Compatriotas apuntados para viajar a Marte y no volver que, por desgracia, nunca se llaman Pablo, ni Miguel, ni Omar, ni King, ni Sigfrido, ni Francisco (I y II), ni Mauricio, ni Guillermo.

Y ahora, además, tenemos también a un plagiador confeso. A ese joven ganador de una de las categorías de los Juegos Florales que va y se compra el disco “Papitwo” de Miguel Bosé con el premio que no debió recibir. Ese supuesto Gandhi de la cultura que, cuando se ve descubierto, le llama a su acto ilegal “protesta social” (¿Hoy me comprende lo de los chorys?). Sí, cómo no, y en España les importa el Águila-Alianza. ¡Ay, papito!

El Salvador es una seguidilla de meteduras de patas que comienzan con “ca”. Una surrealista conjugación de hechos que siempre terminan en “gada”. Un atasco en el que nuestra única alegría, nuestra única pupusa de chicharrón en medio de esta dieta de apio y pacaya, es cuando vemos al mejor del mundo (que no es Messi) haciendo la culebrita macheteada con una lata de gaseosa. ¿Qué haría Cádiz sin ti, “Mágico”? ¿Qué haríamos nosotros?

Así estamos. Quisiera ser optimista y decir que un día, por la mañana, nos levantaremos humanos y esta pesadilla en la que nos veíamos a nosotros mismos como insectos será solo eso: una pesadilla (Perdón, Kafka, solo hago protesta social). Quisiera decir que nuestro Señor Jesucristo vendrá y nos salvará, pero también sería plagio de una famosa columna que murió y volvió a morir al tercer día. Quisiera cantar que quizás solo somos el juguete predilecto de un niño extraterrestre que juega con nosotros a los humanos, pero sería plagio de un guatemalteco que ya protestó socialmente varias veces usando versos de Sabina. O quisiera redactar una carta esperanzadora, pero ya tienen monopolizado el buzón y no me gusta dejar el correo bajo la puerta ni cerca de la ventana.

Así que mejor me callo. Dejémonos la barba y vámonos a Islas Marshall, mejor. Ubiquémonos cerca de un convento italiano y repoblemos el lugar a puros cuscatlecos hasta fundar un país diferente, uno sin plagios ni amaños, ni choques de Ferrari, ni flores con espinas, ni chocolates envenenados, ni pollos ausentes, ni naufragios en alta mar. Ya después, si quieren, le vendemos a Telemundo la exclusiva. ¿Se apuntan?

Twitter: @WillianConN