El agridulce proceso de un divorcio

Los divorcios varían y algunas preguntas surgen: cuánto dinero y tiempo puede llegar a costar y cuáles son los factores que facilitan u obstaculizan este incómodo proceso legal

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elsalvador.com

Por Texto: Alfredo García Twitter: @Allfogarcia Ilustración: EDH

2014-02-15 8:00:00

La famosa frase “de mi no te vas a divorciar, no te daré la firma” no es más que una fantasía de telenovelas. En la vida real un divorcio puede ser un proceso sencillo, siempre y cuando la pareja esté de acuerdo, o un verdadero infierno en los casos donde no hay acuerdo.

El Diario de Hoy habló con varios abogados y una jueza de familia para aclarar muchas de las dudas de este engorroso proceso.

En primer lugar, los expertos explican que hay tres tipos de divorcio (o causales de divorcio). Estos son: por mutuo consentimiento, por separación de más de un año y vida intolerable (intoleravilidad de caracteres).

De acuerdo a la causa que se establezca, así será el tiempo que lleve la separación y los costos que implique para la pareja.

El más común en El Salvador es el de mutuo consentimiento debido a que suele ser el más rápido, más barato y menos complicado, aunque ese “acuerdo” solo sea frente al juez, según explicó la jueza del juzgado tercero de familia de San Salvador, Carmen Elena Molina.

Un divorcio de mutuo consentimiento en el que no se presente ningún desacuerdo por bienes materiales, custodia de hijos o pensión alimenticia puede tardar entre 15 y 30 días para que sea aprobado por el juez, tomando en cuenta el día en que se presentó la solicitud.

Sin embargo, en todo el país la mayoría de tribunales están sobrecargados de casos y esto alarga el tiempo para que se consume el divorcio.

Un juez de familia también se encarga de estudiar problemas de violencia familiar, cuotas alimenticias, adopciones, régimen de visitas, adultos mayores, personas con discapacidad, entre otros temas. Esta saturación de trabajo lleva a que en realidad el divorcio de mutuo consentimiento tarde aproximadamente entre uno y tres meses.

“Aquí viene de todo: políticos, militares, gente con muchas propiedades y gente que no tiene nada. En el tribunal de San Salvador son menos los casos que recibimos, en comparación con otros del interior del país, pero son más complejos”, relató la jueza Molina.

Las personas que carecen de recursos económicos para pagar un abogado pueden solicitar el apoyo del Estado a través de la Procuraduría General o con las universidades.

Por separación de más de un año

En esta causal de divorcio la pareja debe haber permanecido viviendo en casas diferentes por más de 12 meses y tener pruebas. Generalmente los jueces se basan en testimonios de amigos, familiares y conocidos del matrimonio como método de verificación.

Si ambos están de acuerdo en divorciarse el tiempo del proceso es más alargado que en mutuo consentimiento debido a que el juez necesita un plazo para reunir pruebas que confirmen la separación del matrimonio. Pero si uno de los dos está en desacuerdo se procede a una audiencia de sentencia con testigos de ambas partes.

El juez analiza los argumentos tomando en cuenta documentos, los análisis de trabajadores sociales, psicólogos, etc. para dar su fallo, es decir, aprobar o negar el divorcio y sus acuerdos.

Si en todo este tiempo una esposa o un esposo inconforme presenta apelaciones (argumentando cuotas alimenticias, custodia de hijos, etc.) ante el juez, el proceso se va alargando en tiempo y aumentando en costos por pago de abogados.

“Esto puede llegar a durar años”, explicó la jueza.

Vida intolerable

El tercer tipo de divorcio es por vida intolerable, es el más complicado de los tres y el que suele llevar más tiempo (también puede durar años). Implica altos costos en pago de honorarios a los abogados y es el más desgastante para la pareja que busca su libertad pero que ya no soporta ni verse.

“Por un matrimonio casi que ni cobramos. Pero un divorcio es muchísimo más caro y dependiendo del grado de complejidad así es el monto de lo que se puede cobrar. Un divorcio pueden andar entre los 500 y 1,000 dólares, aunque los honorarios se miden según el conflicto”, explicaron Juan Carlos Alvarenga, abogado, notario y presidente del bufete Alvarenga & Mirón, y Raúl Alberto Mirón, abogado del mismo bufete.

La causal de vida intolerable comúnmente se presenta cuando hay violencia intrafamiliar, alcoholismo e infidelidades. “Jurídicamente esta es la causa menos común, porque es la más complicada para divorciarse. Pero en la realidad es la más frecuente porque incluye el maltrato o las infidelidades”, afirmó el abogado Mirón.

El tema “espinoso”

Los puntos más comunes y difíciles en los que hay desacuerdo son la repartición de bienes materiales y la custodia de los hijos. Aquí generalmente es donde la pareja recurre a todo tipo de argumentos para salir bien librados ante el juez.

La distribución de los bienes en el divorcio depende del régimen patrimonial que se escogió antes del matrimonio. Son tres tipos: comunidad diferida, repartición de ganancias y separación de bienes.

En comunidad diferida la pareja acepta que los bienes producidos dentro del matrimonio se dividen en partes iguales cuando se divorcian.

“Aquí tiene mucho que ver la capacidad económica de cada uno. Hay casos donde uno viene con cinco abogados y el otro con un defensor público…. Muchas veces hay un desequilibrio en la repartición de bienes o la pensión compensatoria y es porque no se pide, o el abogado no está bien preparado”, puntualizó Molina.

Una pensión compensatoria es pedida generalmente por quien se encuentra en una situación económica vulnerable después del divorcio. El juez evalúa el tiempo del matrimonio, si posee una profesión, la edad, estado de salud, el aprovechamiento de uno sobre el otro, etc. para establecer una cuota económica.

En el régimen patrimonial repartición de ganancias se hace un balance de lo que la pareja obtuvo como ganancias durante el matrimonio. Al divorciarse se reparten únicamente esas ganancias.

“Por ganancias se entiende, por ejemplo, supongamos que una pareja compró una casa en 100 mil dólares hace 10 años cuando se casaron. Si se divorcian, hoy la casa ha ganado una plusvalía y vale 200 mil. Esa plusvalía de 100 mil dólares que ha ganado es la que se divide entre los dos por partes iguales. Y así con cada bien adquirido, que a veces pueden ser pérdidas o deudas, igualmente se dividen entre los dos”, explicó Alvarenga.

Y en la separación de bienes cada uno sigue siendo dueño de sus propiedades aún después del divorcio. Este es el régimen patrimonial más común en El Salvador, según explicaron los abogados del bufete Alvarenga & Mirón.