Crean sofisticada mano artificial con sentido del tacto

Especialistas suizos, alemanes e italianos probaron la mano biónica en el hospital Gemelli de Roma, en Italia, en un paciente danés de 36 años. El hombre perdió el brazo izquierdo al manipular fuegos artificiales

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elsalvador.com

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2014-02-08 8:00:00

En un paso hacia esa meta, un grupo de expertos europeos creó una mano artificial que le permitió a una persona amputada sentir la diferencia entre una botella, una pelota o una naranja.

“Fue algo increíble”, expresó Dennis Aabo Sorensen, oriundo de Aalborg, Dinamarca, quien perdió su mano izquierda en un accidente con fuegos artificiales hace una década y se ofreció como voluntario para probar el nuevo artefacto. “De repente mi mano artificial y mi cerebro estaban trabajando juntos por primera vez en muchos años. Estaba muy cerca de ser como una mano normal”, confesó.

No es la primera vez que se trata de suministrar el sentido del tacto a una extremidad artificial; han surgido otros proyectos en Estados Unidos y Europa. Pero en este nuevo experimento, cuyos hallazgos fueron publicados en la revista Science Translational Medicine, Sorensen no sólo pudo distinguir la forma y la consistencia de objetos, sino que la mano podía ajustarse rápidamente al aferrarse a ellos.

“Fue muy interesante ver lo rápido que logró dominar esto”, dijo el neuroingeniero Silvestro Micera, del instituto suizo Ecole Polytechnique Federale de Lausanne, quien encabezó el equipo de científicos de Suiza e Italia. “Pudo usar la información de manera inmediata y de una manera bastante sofisticada”.

La ciencia ha avanzado mucho en años recientes para intensificar la destreza de las prótesis. Pero proporcionar el sentido del tacto ha sido un desafío mucho más difícil, y esa es una de las razones por las cuales muchos pacientes no usan sus prótesis de manos tanto como les gustaría.

Si una persona toma una cosa con la mano, esta se ajusta en forma natural con el fin de sostenerla con la fuerza exacta para no dañarla. Pero los usuarios de prótesis no perciben su consistencia y por lo tanto dependen de su vista para deducir si la están sujetando bien o mal. Muchas veces el resultado son objetos aplastados o platos caídos al piso.

“Uno siempre tiene que echar un vistazo y ver qué es lo que está ocurriendo, así que eso es lo que es muy diferente de esta nueva mano que probé”, detalló Sorensen, de 36 años, en una entrevista telefónica.

En un principio, los médicos en la Policlínica Gemelli de Roma implantaron pequeños electrodos dentro de dos nervios —el ulnar y el mediano— en el muñón del brazo de Sorensen.

Esos nervios normalmente permitirían ciertas sensaciones en una mano. Cuando los investigadores les transmitieron una débil señal eléctrica, Sorensen apuntó que sintió como si sus dedos faltantes se movieran, lo que mostró que los nervios aún podían transmitir información.

Mientras tanto, el equipo de Micera colocó sensores en dos dedos de una mano robótica con el fin de que detectaran información sobre lo que los dedos artificiales tocaban.

Durante una semana, varios cables salían desde una venda en el brazo de Sorensen hasta la mano artificial, y los electrodos enviaban información por los nervios en proporción a lo que los sensores detectaban.

En esencia creaban un circuito que permitía a la mano robótica comunicarse rápidamente con el cerebro de Sorensen.

Para asegurarse de que el paciente usaba el tacto, y no hacía trampa al utilizar su vista o su oído, se le colocó una venda sobre los ojos y también audífonos mientras el equipo de Micera le entregaba distintos objetos.

“Apreté la primera vez, entonces pude sentir un poco de vibración en mis dedos y luego yo estaba seguro de que éste era un objeto blando. Sí, es un dispositivo muy impresionante de usar”, explicó.

Sorensen pasó semanas en 2013 probando el dispositivo y demostrando que podía controlar fácilmente la fuerza de su alcance.

Micera reconoce que hay mucho más trabajo por hacer antes de que la mano pueda estar ampliamente disponible. Sin embargo, entre sus planes contempla comenzar a probar una versión portátil con voluntarios dentro de algunos años.