Ricardo Carbonell: La serenidad del color y la luz

El artista presenta 90 creaciones en la Sala Nacional de Exposiciones "Salarrué".

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elsalvador.com

Por Tomás Andréu Twitter: @tomazs_andreu

2014-01-24 7:00:00

Su obra ha recorrido Centroamérica, México, Estados Unidos, España, Francia, Italia y Japón. Ahora los salvadoreños tienen la oportunidad de entrar en contacto con la obra de Ricardo Carbonell en la retrospectiva que lleva por título su propio nombre y que está alojada en la Sala Nacional de Exposiciones “Salarrué”.

Son seis décadas de creación de artística. Las técnicas van desde el óleo, acrílico, tinta china, mixta hasta la utilización del cobre y el vitral. En total son 90 obras de arte. La curaduría estuvo a cargo de Marlene Velasco-Bégué y Mario Castrillo.

“Ya era tiempo de que se hiciese una retrospectiva de Ricardo Carbonell. Ha expuesto más en el exterior que en su país. Por eso este homenaje es una gran oportunidad para que los salvadoreños aprecien a este talento tan poco conocido”, comentó Marlene Velasco-Bégué.

Para la curadora —quien reside en Europa— una retrospectiva como la de Ricardo Carbonell es un clara evidencia de que el arte salvadoreño “está a nivel de las exposiciones de categoría mundial. La plástica salvadoreña no tiene nada que envidiarles a otros pintores internacionales”.

El maestro Carbonell está realizando en la actualidad “Ciudad del futuro”, etapa que también es parte de la retrospectiva.

“Siempre me ha preocupado el tema urbano. La ciudad es un utopía”, comenta el artista, un hombre sereno, sobrio y sigiloso.

En la obra de Ricardo Carbonell hay un mundo de ensueño, surrealista. Es delicado gracias al manejo que hace de la luz y del color. Eso hace que su obra se vuelva cálida, sutil. Esto lo habría heredado de su maestro Valero Lecha.

Velasco-Bégué también experimentó varias sensaciones al confrontarse con la obra del artista:

“Al terminar de ver la obra de Carbonell, salgo con paz, con mucha armonía, con mucha serenidad. Tal y como se siente cuando ves la obra de Matisse”. En su intervención pública, la curadora no dudó en calificar la obra del salvadoreño como “humanista y universal”.

Ricardo Carbonell es arquitecto. Se ganó la vida como tal, pero nunca dejó de pintar. Nació en San Salvador en 1929. Estudió en la Academia de Valero Lecha, cerámica en la Escuela Estatal de Cerámica de Sesto Florentino (Florencia, Italia) y grabado en la Academia de Bellas Artes en el lugar antes mencionado.

“Con esta serie quiero transmitir a El Salvador paz interior”, expresó el artista cuando dio su discurso.

También aprovechó para decirles a los asistentes que “los pintores tenemos que ser conscientes que la verdadera creación viene de Dios. Él es el creador y nosotros tenemos la suerte o la gracia de ser canales por donde la creatividad fluye. Pintar es un acto de gracia”.

La inauguración de la retrospectiva fue inaugurada el pasado jueves y permanecerá abierta al público hasta el próximo 16 de marzo. La Sala Nacional de Exposiciones “Salarrué” está ubicada en el interior del Parque Cuscatlán.