“Alejo Campos nos agarra como cinquera”

Un profesor de música del Sistema de Coros y Orquestas del El Salvador habló con El Diario de Hoy sobre su frustración profesional dentro de Secultura

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elsalvador.com

Por Tomás Andréu

2013-12-12 12:30:00

El protagonista de este texto arremete contra Alejo Campos, director de Relaciones Internacionales y de Cooperación de la Secretaría de Cultura de la Presidencia (Secultura). En la misma dependencia también ejerce el cargo (ad honórem) de director del Sistema de Coros y Orquestas del El Salvador. El músico afirma que los dos cargos que desempeña el funcionario le han sido de mucho beneficio, en cambio los jóvenes que son parte del sistema musical gubernamental son utilizados como “entretenimiento” y “no hay expectativas de que estos jóvenes serán profesionales en música”.

El profesor del Sistema de Coros y Orquestas Juveniles que implementa la Secultura solicitó hablar con El Diario de Hoy para expresar su frustración profesional. La dependencia en la que trabaja este músico es la misma que recibe los mejores recursos de las autoridades gubernamentales, pero esta no está dejando un legado a los que forman parte de este proyecto.

Este rotativo le dio luz verde a la petición del músico. Este pidió guardar su identidad, a cambio, este medio le dijo que grabaría de principio a fin la conversación. Y así fue.

“Estoy totalmente harto. Mi esfuerzo, el de mis compañeros, los que vivimos de esto [música] día tras día, año con año… Estamos frustrados y estamos frustrando a los alumnos”, le comenta a El Diario de Hoy este maestro que ha visto pasar durante el gobierno del presidente Funes a tres secretarios de Cultura: Breni Cuenca, Héctor Samour y Magdalena Granadino (actual titular de Cultura).

El Diario de Hoy cotejó las declaraciones de este músico con el testimonio de sus colegas y otros empleados de la misma Secultura. Las versiones coinciden en los distintos puntos que mostramos en esta publicación.

El Sistema de Coros y Orquesta sigue siendo la niña bonita de Magdalena Granadino y Alejo Campos. Este último le ha sacado utilidad al brillo que le brinda el cargo, pues recientemente ha sido nombrado director regional de la Orquesta Juvenil Centroamericana (OJCA).

El Sistema comenzó en 2010 emulando el esfuerzo de Venezuela con sus niños y jóvenes en ambientes de riesgo y violencia. En el país se implementó tras la presencia del músico académico José Antonio Abreu (venezolano). El gobierno define al Sistema como “un proyecto estratégico de orquestas sinfónicas y de guitarras, bandas, ensambles de cuerdas y coros infantiles, juveniles e intergeneracionales. El Sistema trabaja en forma articulada con las instancias locales e instituciones públicas y privadas promoviendo el desarrollo de las agrupaciones juveniles en cada municipio”.

Pero la lectura que hace el maestro de música desde adentro es otra:

“Ahí lo que existe es un beneficio político. La gente que participa se siente bien, pero no hay formación profesional. Todo es espectáculo. No hay expectativas de que estos jóvenes serán profesionales en música. Es una cuestión de puro entretenimiento. Ni siquiera hay prevención de violencia, a pesar de que así vendieron la idea”.

Que Alejo Campos sea el director de la OJCA, pues no le ha caído en gracia al maestro:

“Es terrible, porque hay tanto talento en el país, gente formada en otros países. No entiendo esto. Si él no sabe nada de música. Alejo Campos no busca la excelencia con los jóvenes. Esto es entretención. Él lo dijo”. El músico se refiere a la entrevista que apareció en 2012 en el medio electrónico El Faro. El titular de la publicación fue: “Este Sistema de Coros y Orquestas no tiene como objetivo la excelencia musical”.

Desde que apareció la Secultura con sus tres secretarios, el Sistema ha tenido a muchas personas yendo y viniendo por este proyecto. Una de ellas, que conoce los orígenes y todos los cambios que han habido y qué sigue dentro, respalda las palabras del profesor de música:

“El Sistema de Coros y Orquestas no deja un legado. Es muy joven el proyecto y aún debe enfrentar muchos retos para hacer efectivas las metas de prevención que expresan buscar. Si no buscan hacer profesionales en música y si esto solo se trata de prevención, pues deberían contar con especialistas en prevención y no solamente con maestros de instrumentos musicales”.

Y a la pregunta, ¿si esto no deja un legado a El Salvador y no busca la excelencia musical de los jóvenes, entonces a quién beneficia?

“¿Beneficios? Solo hay beneficio de imagen para los promotores del proyecto, no para los jóvenes participantes, porque no les ofrecen un futuro diferente, sino, una entretención temporal”.

El profesor de música cierra el tema con algo más categórico:

“Hay secciones de instrumentos que ni siquiera tienen profesor. Este proyecto comenzó en 2010 y mire lo que hay. ¿Qué les estamos enseñando a estos jóvenes? ¡Que el arte no sirve para nada! ¡Les estamos enseñando que el arte es entretenimiento que debe ser gratis!

No es la primera vez que los mismos trabajadores de la Secultura arremeten contra el presidente Funes, Magdalena Granadino y Alejo Campos. El pasado mes de noviembre el director de Cine y Audiovisuales de la Secultura, Jorge Dalton, afirmó públicamente que la institución cultural del gobierno “se ha convertido en una aberración” y de la cual se sentía “verdaderamente avergonzado”. Al mismo tiempo señaló que “todos los artistas merecemos respeto, merecemos que nuestro trabajo sea dignificado y que contemos con una dirigencia de prestigio y reconocidos méritos profesionales”.

El Diario de Hoy llamó a Alejo Campos en las diferentes dependencias de la Secultura, pero sus asistentes dijeron que “no estaba”. También se le llamó en varias ocasiones a su celular y desvió la llamada. La jefa de comunicaciones de la Secultura, Nohemy Navas, tenía apagado su celular. Este medio, sin embargo, supo que Magdalena Granadino y Alejo Campos fueron notificados que buscábamos sus reacciones, pero no correspondieron las llamadas.

Desde 2012 El Diario de Hoy ha buscado una entrevista con la titular de Cultura, pero no ha aceptado.

La frustración de ser músico

El maestro del Sistema afirma que él y sus compañeros de trabajo no pueden hacer nada para cambiar lo que ahí ocurre. Después de esgrimir varios ejemplos, llega a uno importante: ellos no son como los músicos de la Orquesta Sinfónica de El Salvador (OSES). Estos últimos están organizados, unidos y han hecho valer sus derechos y no han permitido que Alejo Campos interfiera en el trabajo que realizan.

“Los músicos sí están bien organizados, pero nosotros no tenemos esa fuerza, por eso no podemos cambiar nada”, admite el profesor.

“Le puede parecer irónico, pero nosotros estamos peor que los cubanos. Ellos tienen formación, saben lo que hacen. Nosotros estamos en una burbuja. El mundo [en música] no solo nos está jalando, nos está arrastrando. Esto lo veo grave”.

Usted es un docente del Sistema de Coros y Orquestas. Sus palabras me están diciendo que su trabajo y esfuerzo están cayendo en saco roto. ¿Es así?

Sí, todo ha caído en saco roto. Es que mire, la mirada cultural aquí es tan corta que todo es un taller, un congreso. El proceso para formar a una persona en arte empieza a los 15 años, porque en El Salvador no empieza antes. ¿Sabe qué es lo peor? ¡Que yo tengo que conformarme con que algo van aprender! Alejo Campos nos agarra como una cinquera (rocola). Lo importante para él es salir bien con el espectáculo. No lo quiero cansar, pero le pido algo: vaya a un concierto, mire al sistema completo dando un concierto, oiga el resultado. Va a encontrar lo dramático de todo esto: lo único que importa es el resultado.