Leandro Sánchez: “Salir te confronta con vos mismo”

El actor estuvo recientemente en una gira en un circuito teatral por Sudamérica y nos cuenta sus experiencias

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elsalvador.com

Por Diandra Mejía Twitter: @Diandra_Mejia

2013-12-25 7:00:00

Protagonista y director de la obra unipersonal Marx ha vuelto y con más de 25 años de carrera teatral, el actor argentino-salvadoreño Leandro Sánchez Araúz sigue siendo un apasionado por el mundo de las tablas, pasión que le ha brindado muchas satisfacciones e innumerables retos.

Recientemente, el artista tuvo la oportunidad de ofrecer su propuesta teatral en varias regiones de Sudamérica, especialmente en provincias importantes de la Argentina, representando al grupo teatral Los Sinvergüenza, en la gira que bautizó como “Marx al sur”.

El actor habló con El Diario de Hoy para comentar sobre esa satisfactoria experiencia y de cómo su trabajo fue apreciado y valorado en esas tierras americanas.

¿Cómo surgió esta gira por Sudamérica?

Yo había aplicado al Festival de Mercosur de Córdoba, que es la provincia central de Argentina y, estando allá, me invitaron a otros festivales internacionales que forman parte del VIII Circuito Nacional de Teatro de Argentina. Este circuito abarca todo el país, de oeste a este. Todas las provincias tienen su festival e incluyen no solo las capitales de provincia, sino también los alrededores. Yo apliqué para Córdoba, pero participar en el circuito surgió porque, el año pasado, estuve en Formosa, allí concurrieron visores de otros festivales y me recomendaron, y una forma de acceder a parte de la solicitud de aplicación son las recomendaciones. Yo tuve tres. Estuve representando a El Salvador y Nicaragua. La buena noticia es que Los Sinvergüenza Teatro ya están dentro del catálogo de este circuito, que sirve para que la gente mire las obras y las pida.

¿Cuánto tiempo

estuvo fuera y cuántas

presentaciones ofreció?

Estuve cuatro meses fuera. Recorrí más de 20,000 kilómetros, me fui por tierra. Primero estuve en Costa Rica, haciendo presentaciones y di unos talleres, luego pasé por Panamá. Después visité Chile, Uruguay y Argentina. Estuve en nuevos países presentando la obra y lo bueno es que Argentina es tan grande que estuve en sitios que no había visitado antes. En total, realicé 22 presentaciones y lo más lindo es que una de esas fue la número 100 de “Marx ha vuelto” y fue en Córdoba. Para mí esto fue algo histórico desde que la estrené en 2009, casi el 75 por ciento lo he hecho afuera, con la esperanza de que algún día algún grupo de teatro cumpla las 100, pero acá en el país (…). Me presenté en el Festival Andino de Mendoza, en el Festival de La Pampa, después a Córdoba y terminé en el Festival de Rosario. Luego subí a Buenos Aires, allí tuve presentaciones en La Escuela Metropolitana de Arte Dramático y en la Casa del Pueblo y di una charla, allá les llama mucho la atención lo del unipersonal, que se está dando bastante. Mi próxima meta es llegar al Festival del Fin del Mundo en la punta de Argentina y, espero, ojalá se pueda, ir a Europa.

¿Qué es lo que más le gustó de la gira?

Recuperar la autoestima, porque por las circunstancias del país y de la región se baja todo, se baja tu espíritu artístico y tu economía. Afuera de pronto ves que la gente te aplaude, te felicita y se emociona. Lo triste es que cuando uno regresa se da cuenta de que tiene que buscar afuera lo que no tienes aquí y no estoy entrando en una comparación cultural y económica en lo que respecta a Argentina y El salvador, es nada más una reflexión cualitativa.

¿Es bien visto el teatro salvadoreño en otros países?

Ese es otro problema. Yo les dije en los foros que estuve con programadores de festivales en Centroamérica y que, a pesar de que somos parte del continente, estamos aislados culturalmente. Quizá la excepción es Costa Rica por la fortaleza que tiene a nivel de instituciones y de estructuras culturales pero, generalmente, se puede decir que Centroamérica está aislada. No porque nos aíslen los organizadores de otros festivales, sino porque no tenemos acceso a la información y también no tenemos políticas de promoción gubernamentales. Hay un divorcio entre los agregados culturales y las instituciones de cultura. Además, hay un gran porcentaje del sector artístico que no sabe cómo acceder a esa información, muchos no tienen acceso a la web. Estamos en desigualdad, es un gran problema el que tenemos. No somos iguales a la luz de la cultura. En la actual gestión se ha creado una gran brecha de desigualdad. Al querer favorecer a algunos, se desfavorece a otros, y si quiero cambiar alguien siempre va a salir desfavorecido. Al teatro le tocó y le tocó fuerte. Tengo compañeros que pasan hambre, no les alcanza ni para la tortilla y están regalando su espectáculo cobrando una cora por alumno. Yo sabía que iba a llegar este momento, lo veía claramente, y le dije a un compañero: “Hermano, si no buscamos circuitos fuera de acá, vamos a llegar a un punto de regalar nuestro trabajo”. Sumado a eso, hay instancias monopólicas que no sé si se crearon intencionalmente o las circunstancias llevaron a eso. Ante la ausencia de circuitos teatrales, todo el cause fue a parar a una sala de teatro privada. Muchos dicen que es un fenómeno, pero si es un fenómeno porque no hay otro lugar. Entonces las circunstancias han creado este monopolio (…). Esto crea un techo , un parámetro en las entradas y las taquillas. El teatro está devaluado, la entrada está devaluada, la gente va porque ya hay un gusto creado, pero alguien paga los platos rotos y son los artistas.