El síndrome de piernas inquietas impide descanso

Hormigueo, nerviosismo, picores, opresión y dolor son algunos de los síntomas

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elsalvador.com

Por Mireya Amaya tendencias@eldiariodehoy.com

2013-11-25 8:00:00

Si alguna vez durante las horas de descanso ha tenido molestias en las piernas que incluso lo hacen despertar es posible que se trate del síndrome de piernas inquietas.

De acuerdo con el neurólogo Luis Ernesto González Sánchez, del Instituto de Neurociencias del Hospital de Diagnóstico, esta condición se caracteriza por la necesidad urgente de mover las piernas debido a una sensación de incomodidad, como inquietud, opresión o dolor, que aparece sobre todo en periodos en que el paciente está en reposo. “Esta sensación se alivia transitoriamente al moverse, ponerse de pie o caminar, friccionar entre sí las piernas o estirarlas”, explica.

Aunque los síntomas ocurren en los miembros inferiores, especialmente en las pantorrillas, también pueden aparecer en los muslos arriba de las rodillas, a veces con una sensación de opresión como si tuviese un zapato o bota apretada y menos frecuentemente como sensación de calor y dolor o ardor.

“Estas molestias ocurren principalmente en la noche e interfieren con el sueño, dificultando el buen dormir, y como consecuencia la persona despierta fatigada. Adicionalmente el 40 % de ellos presenta otros movimientos periódicos de forma inconsciente mientras duerme, lo que ocasiona un descanso de mala calidad con reducción del sueño profundo o reparador”, dice el profesional.

La causa

Se desconoce con exactitud qué origina este problema, pero en el 30 % de pacientes es hereditario. Puede presentarse de forma temprana, antes de los 35 años, con síntomas severos en pacientes con bajos niveles de hierro en el cerebro, pero no en sangre. Por otro lado, la forma tardía es después de los 35 años en personas sin historia familiar evidente de este problema.

La diabetes, la obesidad, las pérdidas de sangre y el daño renal están relacionados con el empeoramiento del mal. Asimismo la enfermedad de arterias y por lo tanto las dietas elevadas de colesterol grasa trans, o de animales o grasas saturadas.

Para ayudar al diagnóstico se puede realizar un estudio de sueño o polisomnografía que demuestre la presencia de movimientos típicos en las primeras dos a cuatro horas del sueño mientras el paciente está inactivo.

De acuerdo con el profesional, el padecimiento no hace distinción de sexo, aunque la alta prevalencia de sangrado menstrual y el embarazo hace más incidente en las mujeres.

El tratamiento, dice, puede incluir suplementos de hierro, entre otros fármacos.

No existen datos en el país, pero en múltiples estudios afecta entre 2 a 15 personas por cada 100 habitantes, especialmente en mayores de 35 años.

Así que ante cualquier síntoma que lo haga sospechar no se automedique y busque ayuda profesional.