La exhibición “Titi & David, la artista y el poeta”, la cual fue presentada ayer por la tarde, nos incita a comprender que el alma posee un trasfondo de anhelos y carencias que solamente a través de sus caudales se pueden satisfacer, estimulando y enriqueciendo su vaivén esencial.
Por lo que el Museo de Artes de El Salvador (Marte), por medio de los trabajos de los curadores Jorge Palomo, Lovey Arguello y María Cristina Orantes, presenta una inusual oportunidad de presentar las creaciones en lienzo, bronce y verso de dos creadores unidos en matrimonio, cuya sinergía emocional se basan en el amor y respeto, la fórmula que da la armonía en las creaciones de los artistas.
El universo de Titi Escalante nos permite ver un espíritu inquieto y laborioso en su lienzo y esculturas. Ella maneja de forma exquisita la metáfora para poder meditar, cosechar y crear que deja ver la veneración hacia la naturaleza y la mezcla antropomórficas, que claramente señalan la educación académica en pintura y escultura de la artista en diferentes maestros como Valero Lecha, Motoi Oi, Leonidas Ostorga, Peter Rubino, entre otros.
Mientras que la agilidad lingüística de David Escobar Galindo contribuye al juego de intercambios temáticos y estilísticos con las piezas de su esposa, Titi.
La muestra que se exhibirá desde el 3 de diciembre en el Marte se divide en dos partes: la primera, desde la entrada del museo hasta la recepción, reúne las 11 esculturas de la época temprana de Titi. Las ranas de Titi tienen rostros gruesos, con líneas verticales como si fuesen tirantes, cabezas que surgen de los cuerpos sin cuellos, pero con grandes sonrisas. Tienen los dedos de las manos y pies exageradamente alargados y los nombres provienen de la mitología griega, bíblico, literario o históricos.
“La exhibición está acompañada por textos biográficos de cada artista, así como textos explicativos sobre la obra de cada uno”, comentó el curandero Jorge Palomo.
“La exposición presenta una diversidad de facetas del trabajo creativo que hemos desarrollado y agradezco al Marte por dejarme mostrar esta nueva etapa artística”, afirmó la artista Titi Escalante.
La segunda parte de la muestra está en las salas temporales, presentando las tríadas integradas por escultura, pintura y un poema, piezas que deslumbran intenciones y significados personales.
“Este trabajo se resume en dos palabras sencillas: amor y respeto, cuya suma da armonía. Esa que permite dar nuevos contenidos para el espectador”, argumentó el poeta David Escobar Galindo.
Una de las tríadas en exhibición lleva el nombre de “Tocando el Cielo” donde el soneto involucra las acciones de la escultura Carmen, la gitana de la ópera de Georges Bizte (1838-1875) en conjunto con su pintura en óleo “Kuan Yin”, interpretación de la diosa budista “que oye los lamentos del mundo”.