Edgardo Canizález sigue vigente

El exintegrante de las agrupaciones La Raza Band y La Fuerza Band conquista el Norte con una propuesta muy particular.

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elsalvador.com

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2013-11-20 12:00:00

EE. UU. La música se lleva en las venas, es una pasión más que una forma de vida. Así se pueden explicar las razones por las que Edgardo Canizález se esfuerza por superar su calidad artística.

Adquirió fama cuando era vocalista de La Raza Band, especialmente al interpretar Agarra la onda Lupe. Pero su historia inició mucho antes, en una finca del cantón Shón-Shón, de Izalco, donde fue el último de 10 hermanos, hijo de Pablo Canizález y Lucía Orbelina Guevara.

A los 14 años se trasladó junto a su familia a la capital, para estudiar bachillerato en el Centro Nacional de Artes. Por corto tiempo formó parte de agrupaciones como Coral 2, Caliente, grupo Conga y grupo Coco.

En 1993, la fama le abrió las puertas, cuando era miembro de La Raza Band, con la que interpretó el que hasta hoy considera su primer éxito: Agarra la onda Lupe, nominada posteriormente a Mejor Canción del Año.

Con este grupo, disfrutó el reconocimiento del público y tuvo la oportunidad de compartir escenarios con artistas internacionales de gran fama como Juan Gabriel, Wilfrido Vargas, Menudo, Bronco, Los Ilegales y muchos otros.

Cambio de ruta

En 1995 fue uno de los creadores de La Fuerza Band, al que perteneció por dos años antes de unirse por un corto tiempo al grupo Rana, de Guatemala.

Dos años después dio forma al grupo juvenil La Élite, del que recuerda con agrado la producción del primer disco con el maestro Salvador Téllez: “Momentos.” En 1998 produjeron “Te va a gustar”.

Canizález recuerda que en 2001 tuvo que radicar en Estados Unidos tras algunos problemas de negocios.

“He tenido que aprender otra cultura, otro idioma, realizar trabajos que están muy lejos de lo que me gusta”, expresa.

Allá, trabaja para una empresa distribuidora de alimentos para supermercados en Springfield, Missouri.

Ahí vive con Korine Huelman, su esposa desde hace 11 años. Tienen dos hijos, Victoria y Devin. Estas tres personas son su inspiración en la nueva fase como artista, la que combina con su trabajo formal, expresa Edgardo.

El izalqueño canta como solista en Estados Unidos. Centros nocturnos, universidades, radios y festivales populares son sus escenarios. Así ha dado a conocer varias melodías. Destacan entre ellas Mira, Qué linda es Lupe y El buen perdedor. En bachata, Esa niña y Tatuaje en el alma. Esta última ha logrado buena aceptación en radios de Venezuela y Canadá.

Dice sentirse satisfecho de la aceptación alcanzada, aunque no conforme. Quiere abrirse espacios, tener la música como única tarea y con ello poder tender la mano a sus hermanos salvadoreños.

Actualmente promociona su más reciente interpretación: Campanitas navideñas, escrita por Jasid Guerrero, la que confía logre buena acogida en su público.

“Mi sueño sigue y es poner en alto el nombre de El Salvador a través de la música”, concluye. —EDH