Niños que viven una adultez prematura

Los problemas sociales y familiares, los medios de comunicación, el mal uso del Internet, entre otros, influyen para que muchos niños no logren vivir su infancia a plenitud

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Particulares dejan de atender parques privados al concluir venta de viviendas.

Por Por: Rebeca Avila Urdampilleta Ilustración: Choco Santos Fotografías: Archivo

2013-10-26 8:00:00

En el año 2001, Kay y Martin Franklin insistían que se les permitiera darle de regalo de cumpleaños implantes de seno a su hija de 16 años. “Un implante de seno le elevarán la autoestima” aseveraban sus padres. A principios de 2011, Sarah Burger, conocida como la Barbie Humana, le regaló a su hija un implante de senos para su cumpleaños y para Navidad un certificado para una liposucción. Poppy Burger, su hija, tiene siete años. Finalmente, en abril de 2012, un colegio en México suspendió a cuatro niños de 12 años por grabar un vídeo erótico en el que tres de ellos tenían sexo oral y anal.

En un artículo de la página para madres Netmums se desarrollaba la tesis que actualmente la infancia termina a los 12 años . Más de mil respuestas surgieron en la sección de comentarios de este artículo, de estas dos tercios estaban de acuerdo. El tercio restante insistía que, ahora, la infancia termina a los 10 años. La directora de la página web explica que “el ritmo de la vida moderna es tan rápida que incluso nos está robando los maravillosos años de la infancia” luego de culpar a “una combinación tóxica entre marketing, medios de comunicación y presión de grupo” por el fenómeno.

La psicóloga clínica y educativa, Martha Carcach propone que “el rol de los medios de comunicación es determinante, puesto que influyen directamente en el desarrollo social, emocional y personal de muchos niños. Los contenidos de los programas que transmiten, los videojuegos, la música, en la actualidad está cargado de contenido sexual, violencia, agresiones verbales, que los niños introyectan y luego utilizan en su vida diaria”.

En parte, opina Clarie Perry, miembro del Parlamento británico y la consejera del Primer Ministro británico sobre juventud, es culpa del contenido al que los jóvenes tienen acceso en Internet.

Otro miembro del Parlamento británico, Diane Abbott, ataca lo que ella llama la “pornificación de los jóvenes”, fenómeno en que los niños crecen en un ambiente de bullying sexual y contenido sexualmente explícito. Ella defiende que a las niñas se les obliga desde muy jóvenes a preocuparse por su peso y su apariencia, a los niños a actuar como machos, y a ambos a tomar un interés prematuro en el sexo.

Una tienda en Colorado llamada Kids N Teens (niños y adolescentes) vendía tangas y ropa interior sin entrepierna para niñas menores de 12 años, reporta Jezebel. Y según Babble, Abercrombie vende bikinis y sostenes con relleno para niñas de 7 años.

La psicóloga Carcach enfatiza que “Los niños tienen sus propias necesidades que deben ser atendidas”, refiriéndose a las necesidades de jugar y de explorar su medio ambiente. Pero según una encuesta del Washington Post, más de la mitad de los niños de séptimo grado de los Estados Unidos admitieron ser sexualmente activos. En muchas escuelas, ya se recomienda que los alumnos desde los 12 años estén en control médico para las enfermedades transmitidas sexualmente.

El problema con que muchos jóvenes desarrollen su sexualidad precozmente es que se conviertan en adultos “carentes de respeto por sí mismos y los demás, impacientes, materialistas, que han perdido contacto con la verdadera esencia de la vida. Que busquen satisfacer sus propias necesidades a costa de los demás, que no valoren ni respeten la vida”, explicó Carcach.

Por otra parte, el problema no sólo es que crezcan muy rápido en cuanto a su vida sexual, pues ahora los niños tienen muchos temores que no son respectivos de su edad, cita el Washington Post. Una encuesta de ese periódico de más de 600 colegios arrojó que el 59 % de los niños de 6 a 11 años temían que la Tierra no existiera para cuando ellos fuera adultos. Y un estudio de más de 200 mil niños de 6 a 14 años, realizado en el Reino Unido, arrojó que más del 51 % de los niños se preocupan constantemente sobre cosas como posibilidades de divorcio de sus padres o sobre la violencia del país y los crímenes. Es más, 14 % dijo que temían ser acuchillados. Y, el 74 % dijo que está aburrido la mayor parte del tiempo y que detestan que sus padres los empujen a tantas cosas a la vez.

En El Salvador, por ejemplo, hay muchos niños que se ven obligados a crecer en las calles. Vendiendo chicles y lavando vidrios por las mañanas para irse a las escuelas por las tardes. Por la noche, deben hacer tareas mientras cuidan a sus hermanos o hacen los quehaceres del hogar. Por otra parte, estos niños que deben cuidar a sus hermanitos y ayudarle a sus padres al mantenimiento del hogar, crecen increíblemente rápido. “Cuando los niños tienen muchas responsabilidades que no corresponden a sus edades, nos encontramos con que crecieron a la fuerza, que las experiencias a las que se enfrentaron les hizo madurar de golpe, esto de alguna manera afecta su desarrollo lo cual se reflejará en su vida adulta”, afirma Carcach.

Un artículo de The New York Times sostiene que cada vez más niños de primaria y escuela media están preocupados por sus estudios universitarios y su desarrollo como profesionales en un tiempo de crisis laboral. En este momento, un niño de una sociedad desarrollada tiene más de 5 actividades extra curriculares a la semana, expande el periódico.

En contraparte a todo esto, un estudio similar de Ohio State University hecho hace 14 años, citó que los miedos y preocupaciones de los niños de esas edades eran las culebras, los monstruos bajo la cama y los truenos por la noche.

Especialistas recomiendan que para prevenir este tipo de problemas es importante que los padres supervisen los programas de televisión que ven sus hijos, el contenido de los videojuegos que les entretienen, la exposición al Internet y les ayuden a analizar y reorientar la información que reciben. Es decir, supervisar y limitar el acceso a contenidos que puedan afectar su sano desarrollo emocional y social.

Es necesario que sepan cuáles son las influencias en sus hijos y permitirles su autonomía, pero estando cerca para poder guiar y apoyarlos en las diferentes etapas de su vida.

Es básico recalcarles a los menores que cuentan con el apoyo y la guía de sus padres para que se sientan lo suficientemente seguros como para explorar cada etapa de sus vidas.