El Perú le cocina al mundo

Este país posee una de las gastronomías más ricas y diversas del planeta. En su milenaria cultura se cruzan la herencia incaica y el legado ibérico de la colonia española

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elsalvador.com

Por Texto: Tomás Guevara Fotografías: EDH

2013-09-21 7:00:00

Probar un rico ceviche antecedido por un aromatizado pisco a la orilla del mar Pacífico que lame la costa del Perú es un gusto que este país sudamericano está dispuesto a compartir con el resto del mundo. Y así lo está haciendo. La inmensa y variada gastronomía peruana ha logrado catapultarse a la comunidad internacional como una referencia de su cultura y diversidad.

La riqueza alimentaria de este país proviene de su vasto territorio que contempla la costa, de 2 mil 250 kilómetros, donde está anclada la capital, Lima; la sierra andina, y su inmensa selva amazónica de cerca de un millón de kilómetros cuadrados. Cada una proporciona una vital y rica fuente de productos con los que se ha ido conformado su sabrosa gastronomía.

Solo basta tocar suelo peruano para comprobar el arraigo y la tradición culinaria de este país sudamericano, donde probar unos tiraditos, filetes de pescado marinados; picar con unos anticuchos, morder un trozo de mazorca de choclo, y endulzar el paladar con la chicha morada, es un gusto reservado para propios y foráneos que acuden a los comedores y restaurantes, desde los más modestos a lo más sofisticados.

En días recientes Perú abrió con la Feria Gastronómica Internacional, Mistura, una ventana para mostrar al mundo su consolidado y cada vez más pujante sector de preparación, mercadeo y exportación de alimentos.

La buena cocina mostrada en Mistura 2013, en un recinto ferial abierto al público durante cinco días, con aforos de hasta 123 mil visitantes nacionales y extranjeros en cada jornada, que acudieron a las carpas construidas a la orilla del mar limeño, en el sector de La Magdalena, superó otra vez las expectativas de los organizadores.

El presidente de la Sociedad Peruana de Gastronomía, APEGA, Bernardo Roca Rey, quien dirige la instancia que tomó la batuta hace seis años al crear un festival de comida, sin imaginarse que en la sexta edición estarían sumergidos en una logística de dimensiones internacionales, sintetiza la razón del encuentro de comensales, chefs, propietarios de restaurantes, artesanos, productores de alimentos, granjeros y todo lo que conlleva el rubro alimentario.

“Estamos aquí para plantear una propuesta de desarrollo país que sobrepasa los criterios de la cocina”, dijo Roca Rey al ahondar que el sector de alimentos es uno de los grandes generadores de empleo en el Perú, con más 100 mil restaurantes que dan trabajo a unos 400 mil peruanos.

A la par de su rica gastronomía, Perú también ha experimentado un sostenido crecimiento económico en la última década, por arriba de muchos países latinoamericanos. La comida no ha sido ajena a este despegue que ha llevado bonanza a la nación andina.

La buena racha impulsada en parte por la rica cocina, que ha hecho de este país merecer reconocimientos internacionales por su variada, sabrosa y nutritiva comida, lleva dividendos también a los que desde la micro empresa como criaderos han apostado por diversificarse y probar suerte en el sector culinario poniendo en la llama literalmente su talento y la cocina tradicional.

Lucho Ypanaque no se cansaba de gritar entre la multitud de comensales: “Chancho al palo, chancho al palo, el original de La Ramadita Warmy, no se vaya sin probarlo”; ni lentos ni perezosos las cientos de visitantes al recinto ferial hacían cola para dar una probadita a la delicia porcina preparada a la brasa y con llamaradas de leña seca.

El cerdo previamente aliñado es ensartado entre dos rejas y puesto a girar sobre las brasas, mientras los trabajadores armados de guantes, para protegerse del calor, giran la reja para cocinar parejo el animal; en un día este distribuidor había vendido más de 25 cerdos. Un récord de venta como productores y distribuidores, comentaba satisfecho Ypanaque, procedente de una finca de una zona aledaña a Lima.

En otro sector Marlene Tenorio ha llegado desde Los Andes al mercado tradicional con uno de los productos emblemáticos del país, las papas, con las que Perú sació al viejo mundo en hambre hace más de cinco siglos. En su local muestra una variedad de coloridas patatas.

Estos tubérculos al igual que los gustos forman un crisol de colores, tamaños, formas y sabores; el presidente de la Coordinadora Nacional de Productores de Papa del Perú, Edilberto Soto, comenta que hay más de 2 mil 800 clases de papas en los andes peruanos aptas para consumo humano.

“Muchas de nuestras papas ya habían sido domesticadas (probadas) por nuestros antepasados mucho antes de la conquista española y de aquí salió la papa para el mundo”, acota.

Enseguida da a probar una mezcla de diminutas papas salcochadas y acompañadas por un aderezo de queso de leche de vacas salvajes andinas. La exquisita ingesta de carbohidratos acompañada del delicioso lácteo es un regalo al paladar y para calentarse luego de un día de frío invernal en Perú. “Y esto tiene propiedades para curar muchas enfermedades”, me aconseja.

Perú cumplió así con creces una justa única en su estilo, de convocar al mundo para demostrarle que hay algo vital para compartir: la comida, con la que este país del cono sur está dispuesto a conquistar el paladar de la aldea global y hasta tienen logo: “Como rico, como sano, coma peruano”.