Cultura Profética demostró que es más que talento

El pegajoso reggae de la agrupación, más la seductora voz de Willy Rodríguez, hizo la noche. Para los que llegaron al concierto del sábado, la velada estuvo marcada de magia. Los músicos cumplieron y sobrepasaron las expectativas.

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2013-09-22 8:00:00

Tras haber retrasado la fecha del concierto debido a la enfermedad de uno de sus integrantes, finalmente Cultura Profética llegó a su escenario salvadoreño para deleitar al público que no quería perderse la oportunidad de disfrutar de su música en vivo.

Con un show de aproximadamente dos horas, el grupo demostró que se ha convertido en algo más que una agrupación exitosa, ellos se han consolidado como artistas internacionales que mueven masas y que transmiten emociones con sus canciones.

Desde muy temprano los seguidores del reggae hicieron fila para ingresar a las instalaciones del Cifco. Al llegar al pabellón asignado, cada uno se unía al conjunto de miles de personas que estaban listas para ver el espectáculo.

La apertura estuvo a cargo de Rastafortis Greenmoons, quienes interpretaron sus temas y calentaron los ánimos de los presentes. Mientras tanto, fuera seguían ingresando más y más personas.

Cuando llegó la hora de Los Tachos la audiencia se reunió frente al escenario. La euforia estalló en el momento que la banda interpretó sus producciones más conocidas, entre ellas “El tren”.

Ritmo boricua

Al filo de la medianoche, las figuras de los músicos aparecieron sobre el escenario, recién habían compartido un tiempo con sus fans firmando autógrafos e intercambiado algunas palabras.

El show inició con “La complicidad”, canción con la que Cultura rompió el hielo e inmediatamente incendió a la audiencia que tanto ansiaba verlos semanas atrás.

Le siguieron temas como “Un deseo”, “Canto en la prisión”, “Nadie se atreve” e “Inspiración”.

El vocalista de la banda, Willy Rodríguez, comentó que el conjunto ya extrañaba visitar El Salvador para compartir su pasión por la música. Cada músico ejecutó a la perfección su instrumento, mientras que Rodríguez hizo lo que mejor sabe hacer: enviar un mensaje a través de su canto.

Ni siquiera Boris Bilbraut, el miembro que había estado enfermo, falló. Su voz sonó intacta en sus líricas.

Mientras avanzaba la jornada sonaron rolas como “Para estar”, “Sube el humo” y “Somos muchos”, entre otras.

El concierto concluyó cerca de las 2:00 a.m. con un gran agradecimiento mutuo y con una reverencia de la banda.