Tim Cook lidera una silenciosa revolución cultural en Apple

Los empleados han presentado quejas y Apple parece haber tomado nota, realizando una encuesta de confianza en la crucial filial de ingeniería de hardware este año

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elsalvador.com

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2013-08-20 7:00:00

Poco después de fichar como directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg buscó contactar con alguien en una posición similar como número dos, brillante y apasionado. Llamó a Tim Cook.

“Básicamente me explicó amablemente que mi trabajo era hacer las cosas en las que Mark (Zuckerberg) no quería centrarse”, dijo Sandberg de la reunión del 2007 que duró varias horas con el entonces director de operaciones de Apple.

“Ese era su trabajo con Steve (Jobs). Y me explicó que el trabajo cambiaría con el tiempo y que debería estar preparada para ello”, añadió.

Mientras que Sandberg ha disfrutado de la estabilidad en Facebook, el trabajo de Cook ha cambiado radicalmente desde entonces. Ahora el hombre que realizaba una de las tareas más difíciles del negocio —ponerse en la piel del último Steve Jobs y mantener a Apple en lo alto— podría necesitar de consejos.

Bajo el mando de dos años de Cook se espera que Apple revele un iPhone rediseñado el mes que viene. Será un momento crucial para Cook. La compañía que hereda se ha convertido en una criatura muy diferente: una enorme empresa madura más que un pionero.

La transición era quizás inevitable tras un espectacular crecimiento de cinco años en los que la planilla de Apple se triplicó, sus ingresos se multiplicaron por seis, sus beneficios por 12 y su cotización pasó de 150 a 705 dólares el pasado otoño. Pero ha sido doloroso para algunos.

No está claro si el estable Cook, que siempre busca consensos, puede perfilar de nuevo la cultura de culto que construyó Jobs. Aunque Cook ha gestionado hábilmente las líneas de producto del iPhone y el iPad, que siguen dando enormes beneficios, Apple todavía tiene que sacar un nuevo gran producto con Cook al frente; los rumores sobre relojes y televisiones siguen siendo rumores.

Algunos se preocupan de que los cambios de Cook en la cultura de la empresa han apagado el fuego —y quizá el miedo— que llevaba a sus empleados a tratar de conseguir lo imposible.

“Los buenos chicos pueden llegar primero”

A Cook se le conoce por ser un adicto al trabajo que protege celosamente su intimidad. La gente que lo conoce lo retrata como un ejecutivo considerado y reflexivo, que se deja guiar por los datos y que sabe escuchar y ser encantador y divertido en las pequeñas reuniones.

Lisa Cooper, que fue a la escuela con Cook en Robertsville, Alabama, y sigue siendo su amiga, todavía se ríe al recordar a Cook protagonizando fotos de broma para el anuario escolar e interpretando “The Way We Were” para ella en clase.

En el día a día en Apple, Cook ha implantado un estilo metódico, diferente al que podría ser el de su predecesor.

La reunión bimensual de Jobs sobre el software del iPhone, en las que repasaba cada nueva característica para el producto estrella de la compañía, ya no se hace. “No es para nada el estilo de Tim”, dijo una persona conocedora de esas reuniones. “Él delega”.

Pero tiene un lado duro. En las reuniones, Cook está tan tranquilo como para ser casi insondable, sentado en silencio con las manos cruzadas por delante. Cualquier cambio en el balanceo constante de su silla es una señal para sus subordinados: cuando solamente escucha, si no hay cambio en el ritmo del balanceo les infunde ánimos.

“Te atraviesa con una frase”, apuntó esta persona. “Diría algo como ‘No creo que eso sea suficientemente bueno’ y eso sería el final y entonces solo querrías meterte en un agujero y morir”, expresó.

Apple no quiso comentarios sobre Cook o sobre la compañía para este artículo.

Los seguidores de Cook dicen que su estilo metódico no se interpone en sus decisiones. Recordaron el fiasco de los mapas de Apple, en el que la firma sustituyó el producto de su rival Google con uno propio para el iPhone y quedó rápidamente claro que sus mapas no estaban listos.

Apple quitó importancia al principio a los fallos técnicos diciendo que Maps era “una iniciativa principal” y que sólo estaban empezando. Pero entre bambalinas, Cook pasó por encima de Scott Forstall, el jefe de software móvil (y favorito de Jobs) que fue responsable de los mapas, y encargó al jefe de los servicios de Internet Eddy Cue que averigüe qué paso exactamente y qué se debería hacer.

Cook tenía muchas preguntas y el episodio también lo llevó a pensar rápido la futura dirección del crucial software iOS, añadió una persona cercana a Apple.

Cook dio una disculpa pública a los clientes, despidió a Forstall y dejó la responsabilidad del diseño a Jony Ive, un afín a Jobs que antes fue jefe de diseño de hardware.

El mandato de Cook ha generado reacciones encontradas en la empresa. —Reuters