Trasplante de médula ósea puede curar el sida

El procedimiento pudo haber eliminado el virus del SIDA de la sangre de dos hombres en Estados Unidos. Sufrían un tipo de cáncer maligno y por eso fueron sometidos a la intervención. Su situación genera esperanzas

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elsalvador.com

Por Agencias

2013-07-04 3:15:00

Dos pacientes en Estados Unidos infectados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), y que fueron sometidos a trasplante de médula ósea debido al cáncer, dejaron de tomar medicinas antirretrovirales y siguen sin mostrar indicios perceptibles del virus, afirmó ayer un grupo de expertos.

Los investigadores de la Universidad de Harvard acotaron que es demasiado pronto para afirmar que los hombres han sido curados, pero consideraron un indicio esperanzador que el virus no haya reaparecido en su sangre meses después de que dejaron de tomar antirretrovirales para el sida.

La primera persona que al parecer fue curada de VIH con dicho procedimiento fue el estadunidense Timothy Ray Brown, mejor conocido como el paciente de Berlín, que se sometió al trasplante de células madre en 2007 para tratar su leucemia. Sus médicos alemanes dieron a conocer el caso en 2008 y afirmaron que se había curado de VIH en 2009.

Sin embargo, los especialistas que atendieron a Brown emplearon un donante que tenía una rara mutación genética que brinda resistencia al VIH, mientras que nadie había observado resultados similares utilizando células ordinarias, como las que fueron aportadas a los dos pacientes por los investigadores de la Universidad de Harvard.

Continúan con la lucha

Timothy Henrich y Daniel Kuritzkes, del Hospital Brigham and Women de Boston, afiliado a Harvard, anunciaron el año pasado que las muestras de sangre tomadas de los hombres, ambos con un tipo de cáncer conocido como linfoma de Hodgkin, no mostraron indicio alguno del virus ocho meses después de recibir trasplantes de médula ósea para reemplazar las células cancerosas en la sangre con células sanas donadas.

Los hombres seguían tomando entonces los fármacos antirretrovirales para controlar el sida, pero después del procedimiento dejaron el tratamiento contra el VIH—uno hace 15 semanas y otro hace siete— y no muestran indicios del virus, explicó Henrich en una conferencia internacional sobre la enfermedad efectuada en Malasia.

“Están muy bien —abundó Henrich—, aunque los resultados son alentadores, no indican aún que los hombres se hayan curado. Solo el tiempo lo dirá”. Aún no pueden cantar victoria porque el VIH puede esconderse en otros órganos como el hígado, la vesícula o el cerebro, y es capaz de regresar meses después, advirtió el experto.

Nuevos análisis de células, plasma y tejido de los hombres por lo menos durante un año ayudarán a obtener una visión más clara sobre el pleno impacto del trasplante en los pacientes con VIH, detalló.

Kuritzkes dijo que los pacientes volverán a recibir los fármacos si repunta su infección viral. A su vez, un rebrote puede indicar que otros lugares son importantes reservas del virus infeccioso y serán necesarios nuevos enfoques para medir estas reservas con el propósito de desarrollar una cura, explicó Henrich.