Altavoces sin cables se vuelven más populares

Con ellos la forma de escuchar música en el hogar ha cambiado. La calidad sonora de estos aparatos es muy buena

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elsalvador.com

Por Texto: DPA

2013-06-01 7:00:00

Día a día la tecnología va evolucionando a pasos agigantados en todas partes del mundo. Los científicos y técnicos están desarrollando nuevas maquinarias o métodos mejorados para hacer que la vida de los seres humanos sea más práctica y segura.

En muchos hogares, la música ya no procede del equipo estéreo, sino de cajas casi invisibles o de elegantes cubos de color: pese a su pequeño formato, los altavoces WLAN tienen una increíble calidad sonora. Pero su instalación puede resultar una tortura para el novato.

Hoy en día, hay quienes ya no tienen un estante para discos, pues prefieren guardar su música en un disco duro. Con esto se ahorran no sólo la estantería, sino también el voluminoso equipo estéreo. Pero la música no es reproducida directamente por el laptop o el smartphone, debido a su deficiente calidad. Es aquí donde tienen su lugar los altavoces WLAN, que se proveen de música sin cable desde la red y la reproducen con calidad estereofónica. WLAN es abreviatura del inglés “wireless local área network” o “área local inalámbrica”.

Estos sistemas consisten en una caja que no tiene necesariamente la apariencia de un altavoz clásico. Hay altavoces ADSL que tienen forma de cono, mientras otros parecen más bien pequeñas columnas. La música proviene de un smartphone, un reproductor MP3, el laptop o el disco duro de la red doméstica. En todo caso, lo único que importa es que el laptop y la fuente de la música estén conectados a la misma red WLAN.

La transmisión WLAN es muy estable y fluirá sin interrupciones mientras el altavoz se encuentre dentro del radio de alcance del router”, dice Roland Stehle, de la asociación alemana de la industria de la electrónica de entretenimiento y comunicaciones (gfu).

La transmisión WLAN es también, en cuanto a calidad, muy superior a otras normas de transmisión inalámbrica. “Los procedimientos habituales de transmisión de audio por vía WLAN no tienen pérdida, es decir, pueden reproducir la música con calidad de CD”, explica Bernhard Rietschel, director de la revista alemana “Audio”. “Bluetooth, y en especial la norma clásica A2DP, trabajan con una notable reducción de datos, cosa que se traduce inevitablemente en un claro empeoramiento de la calidad sonora”.

Actualmente, los altavoces WLAN permiten la transmisión de música a través de dos vías. Una de ellas, Airplay, es un procedimiento para el iTunes y aparatos de Apple, diseñado a la medida para la transmisión de música mediante una red local o una red inalámbrica WLAN. Su instalación es muy simple y “en principio basta con que el aparato el emisor y el receptor estén conectados a la misma red”, dice Rietschel. Pero no todo altavoz lleva respaldo Airplay. En cambio, la otra vía, la norma DLNA, llega a casi todos los altavoces, smartphones y discos duros en red. En este caso, la música es reproducida a través de aplicaciones proporcionadas gratuitamente por el fabricante del altavoz.

Pero la instalación mediante la norma DLNA no es tan fácil como con Airplay. Aquí se dejan ver las desventajas de este bello altavoz desprovisto de otros agregados: “Puesto que los altavoces carecen de una pantalla propia, la instalación sólo puede efectuarse por una tercera vía”, dice Rietschel. Usuarios que estén poco acostumbrados a trabajar con redes de computación tendrán aquí dificultades.

Pero quien tenga ya una red de audio en casa puede instalar altavoces en todas las habitaciones. “Tanto la solución Airplay como la norma DLNA ofrecen la posibilidad de conectar altavoces en la habitación que se desee”, señala Stehle. Así, la música puede sonar al mismo tiempo en el baño, en la cocina y en el dormitorio. El sonido gana más en calidad cuando todos los aparatos proceden del mismo fabricante y son gestionados mediante la misma aplicación.

Pero un altavoz WLAN con buena calidad sonora no debe ser necesariamente caro: en un test efectuado en febrero último por la revista alemana “Computerbild”, tres de siete altavoces de hasta 457 dólares alcanzaron la nota “buena”. En los modelos a partir de dos 522 euros, la calidad del sonido está casi garantizada. En la prueba, los siete candidatos alcanzaron la calificación “buena” en el rubro calidad sonora.

En el test, entre los modelos más caros resultaron vencedores los sistemas Raumfeld M y Raumfeld L del fabricante Teufel, con precios entre los 783 y los 1,697 dólares. El calificativo de “bueno” lo recibió también el modelo Libratone de Zipp, por 522 dólares. En el tramo de precio más económico, triunfó el modelo XW-SMA3 de Pioneer (392 dólares), mientras los lugares segundo y tercero fueron ocupados por el Fidelio A5 de Philips y el ND8520 de LG, ambos por 457 dólares.

Además de WLAN y Bluetooth, casi todos los aparatos sometidos a la prueba poseían también conexión USB como alternativa. No obstante, casi ninguno estaba provisto de un acumulador incorporado para que el altavoz funcionase también de manera portátil.

En todo caso, aunque el sonido suene muy bien, ninguno de estos altavoces WLAN alcanza la calidad de un altavoz normal. “El factor limitante, en comparación con un equipo estéreo, es aquí la reducida distancia entre los altavoces de izquierda y de derecha”, señala Rietschel, director de la revista “Audio”.

Algunos fabricantes tratan de superar esta deficiencia mediante trucos electrónicos, pero, para un oído experto, un sonido estéreo auténtico se oye diferente. En esto, excepción fueron sistemas WLAN de alto nivel de precios, como los dos triunfadores del fabricante Teufel: consisten en dos boxes que pueden ser instaladas separadamente unas de otras.