Arturo Menéndez cría cuervos y hace un filme con ellos

Se trata de la primera película del salvadoreño, creador de "Cinema Libertad". La producción se basa en un tema que ha dejado un largo historial de muertes en el país: la extorsión

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elsalvador.com

Por Tomás Andréu

2013-05-11 7:00:00

Décadas rompiéndose la espalda para sobrevivir en una sociedad hostil y en un parpadeo se entera de que su vida vale 500 dólares (lo equivalente al sueldo promedio —con mucha suerte— de un periodista en El Salvador) y tiene 72 horas para entregarlos.

La paradoja es que don Cleo ni si quiera tiene lugar en dónde caerse muerto. La venta de sus piñatas apenas le sirve para unos cuantos bocados y engañar al estómago en algún tiempo de comida. En 80 minutos se verá cómo el infeliz extorsionado toca puertas de amigos, familiares, conocidos y uno que otro filántropo, pero siempre obtendrá la misma respuesta: no hay dinero.

Harto de huir, don Cleo pierde el miedo y decide enfrentarse con los extorsionistas…

De eso va la primera película del productor salvadoreño, Arturo Menéndez y la bautizó con el nombre de “Crianza de cuervos”. Un título perfecto para un país que vive extorsionado hasta por sus propios políticos, diría algún personaje del novelista, Castellanos Moya.

“En 2010 apareció una persona que nos dijo que quería hablar con Carlos, ‘el Chino’ Figueroa y conmigo. Nos dijo que nos contaría una historia que sin duda podría ser una película y nos dio el permiso para usarla porque se iba del país”, relata Arturo a El Diario de Hoy en la productora Meridiano 89.

El creador de “Cinema Libertad” tomó parte de la historia y “la convirtió en otra cosa”, es decir, modificó la historia individual y la colocó en un entorno familiar.

“Así la historia se hace más fuerte, cotidiana y salvadoreña”, afirma Arturo, productor y cofundador de la campaña, “U2 vení in the name of El Salvador”, la cual fue ganadora del Clío de plata en 2009.

Hacer cine en El Salvador no es fácil, primero porque no existe, segundo porque es caro, algo que el artista salvadoreño —nacido en 1978— dejó muy claro en su conversación con este rotativo.

“Desde el año 2010 intentamos con ‘el Chino’ Figueroa hacer la bendita película y nunca podíamos porque no teníamos dinero, no teníamos recursos y veníamos saliendo de “Cinema Libertad” y del “reality de King Flyp”, recuerda el artista.

Pero en 2011 apareció una luz: el productor y director de cine, André Guttfreund —quien es el único salvadoreño en ganar un premio Óscar— sabía de alguien quien podría poner la plata para echar a andar el proyecto de Arturo. Finalmente, el recurso monetario nunca llegó, pero sí llegó la Tormenta 12-E y el camino se puso cuesta arriba y fangoso.

“Nos quedamos sin dinero, sin película y sin nada. Solo nos quedamos con la preproducción hecha”, dice Arturo volviendo a aquellos días borrascosos.

Y así se marchitó el año 2010. Lo mismo hizo 2011 y su vecino, 2012.

Pero el 18 de enero de 20 13 el panorama cambió porque el entusiasmo dictaba que había que darle vida de una buena vez a “Crianza de cuervos” con la increíble cantidad de 2,000 dólares. La filmación terminó el pasado 25 de abril.

“Qué bonito es ver todo esto montado, porque realmente se ve que lo hemos hecho con ganas”, se le oye decir a Arturo con el entusiasmo de un niño que no sabe qué hacer con su juguete nuevo.

Y tiene razón, su gozo no es para menos: “Cine se hace en el país no porque se pueda hacer, sino porque tenemos ganas. La verdad es que en este país estamos bien limitados. Si el Gobierno no se involucra con un apoyo verdadero, no se podrá hacer cine en este país. Las coproducciones internacionales no funcionan si no hay un capital semilla. Sin ese incentivo aquí no se va a poder hacer cine”, sentencia Arturo.

Menéndez se zambulle en la campaña electoral —por enésima vez adelantada— y opina que cualquiera de los candidatos que en la actualidad ansían llegar a la silla presidencial, “si de veras quiere apoyar la cultura, el cine debe de ser prioridad para él y su Gobierno”.

A pesar que el presupuesto fue de 2,000 dólares, los actores —más de 10— no cobraron por su participación. Unos son profesionales, otros no. El municipio de Mejicanos, en San Salvador, fue el lugar elegido para la filmación, así como algunos lugares de Santa Tecla, en Cuscatlán.

“Todo fue realizado en locaciones naturales. En la película los personajes son de la vida real, no son actores. Hemos descubierto talentos nuevos como Karla Valencia, quien es la coprotagonista”, revela Arturo, quien añade que enviará la película a los festivales internacionales —después de las elecciones de 2014— y posteriormente será presentada en los cines de El Salvador.

“Cuando la película genere algún ingreso, ahí nos vamos a pagar todos”, comenta el productor, a quien no le gustaría vivir la historia de su película, porque la extorsión no trata solo de conseguir dinero para solventar las necesidades y los placeres forasteros, también trata de vivir en zozobra por el cuervo que a picotazo lento arranca la paz emocional, espiritual y física. Y todo por la culpa de quien los cría.