Chocolate, un placer de cuidado

El chocolate posee sustancias que mejoran el estado de ánimo por sus propiedades antidepresivas, y provocan pequeñas dosis de felicidad. Esto lo vuelve fácilmente adictivo para algunas personas, aunque lo mejor es consumirlo moderadamente

descripción de la imagen
Por la mañana se bendecirán y repartirán 30 mil rosarios y a las 2:00 p.m. se rezará en La Gran Vía. Foto EDH / archivo

Por Texto: Alfredo García Ilustración: Carlos Cartagena

2013-05-11 8:00:00

La expresión de felicidad que aparece en el rostro de la mayoría de mujeres cuando reciben chocolates va más allá del detalle por recibir un regalo.

Tras un simple gusto al paladar se encuentra una cadena de efectos psicofísicos que provoca el chocolate y que genera la sensación de bienestar.

“Con solo pensar en un chocolate se me antoja. Cada vez que me como uno quisiera otro y otro, pero sí sé que no es bueno comerlos tan seguido”, dice Karina López, una joven universitaria.

Según explica la nutricionista Guadalupe Argueta, de la clínica Nutrition Works, el chocolate posee sustancias que mejoran el estado de ánimo por sus propiedades antidepresivas, desencadenando sustancias químicas y hormonas como la serotonina y las endorfinas que producen placer.

La serotonina es una sustancia que produce el cerebro ante ciertos estímulos para combatir la depresión. Alimentos como los lácteos, huevos, nueces, almendras, avellanas, el plátano, las frutas y por supuesto el chocolate incrementan su producción y la sensación de placer.

Por su parte, las endorfinas son péptidos (pequeñas proteínas) que genera el cerebro ante estímulos como el ejercicio y comer chocolate. Da la sensación de bienestar y alegría.

La relación del placer con el chocolate lo vuelve un alimento fácilmente adictivo, especialmente para las mujeres debido “a que está íntimamente ligado a las fluctuaciones hormonales del mes, a sus características organolépticas (textura, sabor, aroma), y a sus componentes psicoactivos”, explica la nutricionista.

Existen dos tipos de chocolate; el negro (o amargo) y el blanco. El negro es el chocolate propiamente dicho, pues es el resultado de la mezcla de la pasta de la manteca del cacao con azúcar, sin el añadido de ningún otro producto.

Las proporciones con que se elabora dependen del fabricante. No obstante, se entiende que un chocolate negro debe presentar una proporción de pasta de cacao superior al 50 % al obtener el producto, pues es a partir de esa cantidad cuando los beneficios a la salud empiezan a ser perceptibles.

En cualquier caso, existen en el mercado tabletas de chocolate negro con distintas proporciones de cacao, llegando incluso hasta el 90 %, siendo los de mayor contenido de cacao los más recomendados.

Por su parte, el chocolate blanco estrictamente, no se trata de chocolate como tal, pues carece en su composición de la pasta de cacao, que es la materia que aporta las propiedades del cacao.

“Se elabora con manteca de cacao (por lo menos el 20 %), leche (en polvo o condensada) y azúcar. Es un producto muy energético y dulce (no posee gusto amargo). Organolépticamente muy atractivo, y ha llegado a convertirse en un elemento decorativo muy usado en la repostería”, describe la especialista en nutrición.

El chocolate con leche pierde las propiedades antioxidantes protectoras, ya que las proteínas lácteas se unen con los antioxidantes, disminuyendo así su absorción.

De lo bueno poco

Debido a su alto contenido de azúcar, calorías y otros ingredientes, el chocolate es un deleite que debe tomarse con medida. De lo contrario, el cuerpo comenzará a pasar factura. Ingerir cantidades altas de azúcar conlleva sobrepeso y un mayor riesgo de adquirir enfermedades como la diabetes.

Pero cuando se consume con moderación, el chocolate puede traer beneficios a la salud. “El cacao posee una acción significante como antioxidante que protege contra la oxidación de colesterol LDL (colesterol malo). Probablemente más que otros alimentos con propiedades antioxidantes, los del chocolate son los polifenoles (flavonoides)”, describe la nutricionista.

“Algunos estudios también observaron una moderada reducción en la presión sanguínea luego de ingerir chocolate negro diariamente en cantidades moderadas. Aporta entonces un efecto protector contra enfermedades cardiovasculares gracias a los flavonoides”, agrega.

El cultivo del cacao tiene su origen en Mesoamérica, especialmente con la civilización Maya. Otros productos derivados son: cocoa, manteca, pasta, bebidas dulces y licor. Además es usado industrialmente para la fabricación de productos cosméticos.

Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), los mayores productores de cacao en el mundo son África (68 %), Asia (18 %) y América Latina (14 %). Aunque se cultiva en estos continentes, los mayores consumidores son Estados Unidos y los países europeos.

El cacao fino, o de aroma, proviene de 17 países de Sur y Centroamérica, islas del Caribe y Sudeste asiático.

A pesar de que el chocolate es un alimento con muy mala imagen por su alto contenido de calorías, su consumo, moderado, no debe verse con malos ojos.

Para poder tener una idea aproximada, cada 100 gramos de chocolate posee 500 calorías, lo que significa que una barra de chocolate amargo posee alrededor de 80 calorías, según el sitio www.aperderpeso.com Una cifra pequeña si se piensa que a cambio se obtendrá una dosis de bienestar y alegría. Recuerde, siempre con moderación.

Si usted es una de las miles de personas que tiene debilidad por el chocolate, recuerde que no tiene que ser un placer culposo, si lo hace de la manera adecuada. Cuando decida ingerir chocolate, solo consuma el chocolate negro.