Rachel McAdams: “Es difícil darnos cuenta del cambio, cuando lo estamos viviendo”

La nueva princesa de las comedias románticas se pone en manos de Terrence Malick, en el filme "To The Wonder".

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Por Fabián Waintal Corresponsal en Hollywood escena@elsalvador.com

2013-04-22 7:00:00

Con la enorme sonrisa que la caracteriza, Rachel McAdams llega a la entrevista elegantemente vestida con un traje blanco justificando “me puse lo primero que me gustó, ni me fijé la etiqueta, me olvidé de mirar”. Y con esa misma humildad de los grandes, nos recibió sin guardaespaldas ni limusinas en la puerta, pero con todo el brillo de estrella de Hollywood. Señalada como la nueva princesa de las comedias románticas, Rachel se une a la corona del Oscar de Ben Affleck y el acento español de Javier Bardem, para estrenar juntos la película ‘To The Wonder’, con un estilo de cine ‘New Age’ que viene imponiendo el director Terrence Malick.

– ¿Después de haber protagonizado tantas historias románticas en el cine, qué aprendiste del amor y el matrimonio?

– Supongo que todo depende de cada uno, socialmente. Durante bastante tiempo le dimos poca importancia a la familia, pero es algo que está cambiando. Me parece que hoy hay mucha más libertad y solo tenemos que hacer lo que nos haga feliz.

– ¿Con la búsqueda de los derechos del matrimonio gay, la idea de casarse hoy en día recuperó la popularidad?

– ¿El matrimonio ahora es más popular? (Risas) ¿Estaba pasado de moda antes? Sí, puede ser. Es difícil darnos cuenta del cambio, cuando lo estamos viviendo. Veremos, en el año 2050 probablemente lo entendamos mejor.

– ¿Y a nivel espiritual, con la llegada del nuevo Papa Francisco, crees que pueda haber algún cambio particular?

– Yo creo que la fe es una condición humana. Quiero pensar algún momento en que yo haya dudado de la fe, pero no se me ocurre ahora. Es algo más palpable con el personaje de Javier Bardem en la película ‘To The Wonder’, porque es lo que hace con su personaje religioso, ayuda a la gente debajo de su paraguas de la fe y la religión.

Aunque se crió en la ciudad de St. Thomas, Rachel McAdams nació en el canadiense Londres de Ontario, el 17 de Noviembre de 1974. Y como buena canadiense, en la infancia practicó patinaje sobre hielo, compitiendo incluso en competencias importantes. Pero la actuación cobró más importancia, desde que a los 13 años entró en un programa de teatro de verano sobre Shakespeare. En 1995 hasta recibió un premio por su actuación en la obra de teatro escolar ‘I Live in a Little Town’. Y aunque le parecía poco serio seguir estudiando teatro, una profesora la convenció para que estudiara arte dramático en la Universidad de York, donde se graduó con honores. La puerta profesional, la consiguió con Disney en la serie ‘The Famous Jett Jackson’, pero la fama llegó en el 2004, cuando el mismo año protagonizó los éxitos ‘Mean Girls’ con Lindsay Lohan y ‘The Notebook’ con Ryan Gosling. También fue considerada para interpretar a Sue Storm en ‘Fantastic Four’ en lugar de Jessica Alba y estuvo a punto de trabajar en la película de James Bond ‘Casino Royale’, con el personaje que tuvo Eva Green, mientras se dio el lujo. de rechazar el personaje de Pepper Potts que Gwyneth Paltrow todavía sigue representando en las diferentes versiones de ‘Iron Man’. Pero Rachel McAdams igual le tomó el gusto a las superproducciones de ‘Sherlock Holmes’ además de las comedias románticas ‘The Time Traveler’s Wife’ con Eric Bana, ‘Morning Glory’ con Harrison Ford y ‘The Vow’ con Channing Tatum. Y en menos de un mes, en Estados Unidos, estrena las películas ‘To The Wonder’ y ‘Passion’ con directores tan diferentes como Terrence Malick y Brian De Palma.

– ¿Cómo es que los canadienses triunfan tanto en Hollywood?

– En Canadá también triunfan (Risas). Yo vengo de una ciudad que no es para nada grande, St Thomas, en Ontario. Y ahí es donde crearon el Blakcberry. ¿Ves?

– ¿A qué se dedicaban tus padres?

– Mamá es enfermera y mi padre ya se jubiló, pero se dedicaba a las mudanzas, aunque él dice que era “Ingeniero en traslados”.

– ¿En Canadá tuviste otros trabajos antes de la actuación?

– Trabajé en McDonalds, era la que tomaba las órdenes de los que pasan con el auto. Pero no era muy rápida que digamos, por eso tampoco me cambiaron de posición (risas).

– ¿Digamos que para vender hamburguesas, eras muy buena actriz?

– Una vez rompí la máquina de jugos, por correr, volqué el jugo entre los cables y no funcionó más.

– ¿Alguna vez te pasó algo así en la actuación?

– Ahora que me acuerdo, en uno de las primeras películas que hice en Los Angeles, ‘The Hot Chick’ con Rob Schneider tenía que salir con un Volswagen convertible, con otras tres actrices y terminé chocando, fue un completo caos.

Justamente, la película ‘To The Wonder’ intenta reflejar otro estilo de caos en la vida, con silencios en vez de palabras, donde Rachel McAdams interpreta a la amiga de la infancia de Ben Affleck, con una historia muy bien definida por Javier Bardem “Es como una montaña rusa, porque no sabes lo que va a pasar.” Y sin un guión terminado, los actores igual confiaron en la particular dirección artística de Terrence Malick.

– ¿Es verdad que no había ningún guión terminado en la película ‘To The Wonder’?

– Es verdad, tenía que confiar en el director, Terry tiene un ojo increíble para los grandes momentos, sabe encontrar la verdad y la belleza. Yo no veía la hora de participar en ese proceso. Para mí, él es como un escultor que va encontrando de a poco la historia, pone muchísima arcilla sobre la mesa y se deja llevar para ver hasta donde llega. Es algo que aprecio mucho, porque no se encasilla con nada. Si un día algo sale mal, sigue con otro tema. La energía no es la misma que en otras películas. Él mantiene la mente abierta, hay mucha más libertad pero con muchísima claridad.

– ¿Cómo pudiste conocer la historia, sin un guión?

– Él me contó el pasado de mi personaje, me llevó alrededor de la ciudad donde supuestamente había nacido y me dijo que yo misma podía decidir la casa donde me había criado o la escuela donde había ido. Me pareció una experiencia mágica. Por supuesto, algunos días me sentí perdida, pero sabía que iba a surgir algo interesante. Y esa es la peor pesadilla de un actor, es un arma de doble filo, porque muchos de nosotros tenemos un lado perfeccionista y muchas veces queremos controlarlo todo.

– ¿A nivel personal, crees que el amor del pasado ejerce cierta influencia en el amor del presente?

– Para mí, la película es una historia bastante original donde crecimos juntos con Ben Aflleck y aunque nos perdimos, la amistad nos vuelve a encontrar. Pudieron haber sido felices, pero en cierta forma él es el que siente que en su pasado tuvo un amor incompleto.

– ¿Alguna vez tuviste una amistad así?

– Nunca viví algo así, no. Y en la película, parece ser que las mujeres son las únicas que tiene el sentido poético, pero Ben es el único hombre, está confundido. La historia también lleva a distintas interpretaciones. El personaje de Javier Bardem también tiene problemas con el amor. ¿Qué pasa cuando tu fe desaparece? Hace un minuto la tenía y ahora se siente tan diferente…

– ¿Qué te parece el estilo de cine de Terrence Malick?

– A mí me gustan sus trabajos, todos. Trabajar con él es un verdadero desafío, tuve que utilizar ciertos músculos que yo antes no había usado en cine. Me gusta, aunque sea confuso. No es para nada fácil, pero creo que los resultados valen la pena. Tampoco me parece que esté diciendo lo que tenemos que pensar, como tenemos que sentir. Te permite crear tu propia experiencia con el cine. Trata temas que tratamos todos los días, el amor, la pérdida, el engaño, la fe, es lo más básico en el ser humano. Y sabe mezclarlo con la naturaleza y el mundo que nos rodea. Así es la vida.

– ¿Y cómo se compara la dirección de Terrence Malick con Brian De Palma y tu película ‘Passion’?

– La experiencia es muy pero muy diferente, aunque me siento muy satisfecha creativamente con Brian De Palma. Siento que él tiene una visión muy clara de la película que va a hacer, es muy técnico y tiene estética. También filma todo muy rápido, por eso la experiencia resultó tan diferente. Los dos son muy buenos, por razones diferentes.