La noche con David Guetta se volvió un delirio para los sentidos

Desde Francia, el miércoles se presentó uno de los mejores exponentes del house. Su estilo, único e impredecible, sorprendió y encendió

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elsalvador.com

Por Juan José Morales Twitter: @juanjomz

2013-03-14 7:00:00

“¡San Salvador, esta noche es nuestra!”, gritó, el nuevo rey del house, David Guetta. “¡Es la mejor fiesta del planeta!”, continuo. Y de repente, las casi diez mil almas electrónicas, comenzaron a automedicarse un ansiado estimulante, entre saltos, gritos y el desborde de emociones donde cada beat entra por los nervios y sale por los oídos. Ahí no hay discusión.

El francés arribó al país el miércoles como una renombrada y consolidada estrella de los tornamesas. Sus credenciales (actual número cuatro del mundo, según la revista DJ Mag, y galardonado con un Grammy en la edición 2012 de la gala), lo han catapultado al Olimpo de la escena. Por ello, en un impresionante escenario del anfiteatro de la ex Feria Internacional, Guetta combinó ritmos, sensaciones y colores para dejar claro que con el paso de los años ha perfeccionado su técnica con un estilo único para bailar, sentir y vivir la esencia del dance.

Así, no podían faltar los grandes éxitos. Cuando el reloj marcó las 11:15 de la noche una melodía pegajosa y muy popular comenzó a sonar, presagio de dos horas de intensa energía y movimiento. El éxito “Titanium”, en versión remezcla, sacudió a todos, cada quien a su manera. Así comenzó la comunión artísta-público.

¿Cómo se manifestó? En un solo movimiento, casi como de mareas, en ese espacio que en múltiples ocasiones ha sido testigo del desfile de otros grandes como Tiesto, Armin van Buuren y Paul van Dyk. Cada rayo de luz que caía sobre el rostro de los feligreses del house hacia recordar que con la música es posible llegar a estados indescriptibles donde todos es posible para experimentar una catarsis colectiva.

Pero antes, una dosis del talento local y regional, siempre emergente, diverso y atrevido. El Dj y productor Faceless y los guatemaltecos Paco Rodríguez y Francis Dávila dejaron claro que con una combinación de progressive, electro y hasta techno se puede elevar la temperatura de cualquier pista de baile. Aquí no hay discusión.

Después de media hora de sesión, Guetta comenzó a experimentar con nuevos sonidos. Sin dejar atrás éxitos como “Memories”, “Sexy Bitch” y hasta el ya clásico himno “Love is Gone”, el multilaureado se atrevió con sonidos oscuros del tech-dance, contrastantes en el espectacular juego de visuales en dos pantallas gigantes colocadas para cautivar y deslumbrar.

“Esto es único, Guetta te amo”, gritaba una adolescente, a modo de competencia con su grupo de amigas que viajó desde el occidente del país para no perderse al espectáculo. Sus rostros denotaban euforia, alegría, delirio, mientras que sus cuerpos no dejaban de transpirar. Primer episodio.

La noche continuaba. Incluso adultos se dejaron contagiar. De repente Guetta, en un acto — premeditado — se tomó un descanso para justificar porque es un “showman”. Agarró una bandera de El Salvador y se subió a una plataforma y comenzó a agitarla. Más éxtasis. Más emoción.

El reloj marcó la medianoche. Jueves. Pero había que seguir. Y quizás, el momento de la noche fue cuando el anfiteatro se oscureció y un solido beat no dejó de sonar. Guetta, que casi desaparece del escenario por el contraste, comenzó a jugar con los efectos de su mixer y le dio play a uno de sus más grandes hits: “Without You” , una colaboración con Usher que en todo el mundo rompió records en las listas de radio y descargas en la web.

La intensidad comenzó a bajar. Muchos, cansados, en las gradas o en la pista, solo dejaban de saltar para volver a llenarse de energía y seguir. “David, David, Guetta, Guetta”, coreaban muchos que simplemente insinuaban una noche sin fin.

Un silencio de un segundo. Gritos. Guetta extasiado. Foto para su Twitter. De repente, algo diferente: un remix house de “Wonderwall”, de los ingleses Oasis. Así, la cereza de este pastel electrónico estaba lista para digerirse. Con “When Love Takes Over” llegó el adiós. Un hasta pronto del beat eterno.