Los niños y la socialización en la era de la web 2.0

Cada día son más los niños que se lanzan a la interacción en las redes sociales. Pero esta experiencia debe realizarse con cautela y supervisión de los padres

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por Texto: Juan José Morales Fotografía: El Diario de Hoy

2013-01-05 7:00:00

Hace varios años la socialización era entendida como un proceso donde la comunicación entre las personas era parte del día a día para visualizarse unos con otros. En este proceso los niños aprendían muchas habilidades y se sumergían en un mundo de juegos, risas e imaginación que les definía su personalidad e intereses posteriores.

Con el paso del tiempo esto cambió. Hoy es fácil ver niños “colgados” de un teléfono inteligente para chatear o revisar su Facebook. Otros teclean sin cesar en una computadora porque el mundo contemporáneo les exige estar “a la vanguardia con la tecnología”. Pero hay que hacer un alto. Muchos especialistas en salud infantil ya coinciden en que el abuso de estos recursos de la era informática condicionan la atención, algo que invita a una reflexión y consideración.

Un control real de toda la información que está en las redes sociales es casi imposible y por ello siempre existen situaciones que atentan contra la salud mental de los niños, su sensibilidad e incluso la vida misma.

Es por esta razón que hay menores que no pueden llevar su experiencia 2.0 de forma responsable, por lo que a veces se muestran casos donde un fotografía o un dato inoportunos son caldo de cultivo para la amplia gama de peligros que hay en la web.

Para la psicóloga Guadalupe de Zaghini la decisión de crear un perfil en una red social pasa por un criterio de control y selección por parte de los padres. Pero este también debe de ir acompañado de un proceso de educación en las escuelas de un buen uso de estas herramientas, algo que sin duda está condicionado al criterio de selección de los menores.

“Facebook permite que a los 13 años ya se puede crear un perfil. Pero esta edad no es todavía la más adecuada porque el niño responde a diferentes estímulos de su entorno y todavía no puede elegir con claridad el contenido que subirá o con quien lo compartirá. He ahí el peligro”, analizó de Zaghini.

En este sentido la profesional agrega que desde su experiencia clínica un creciente número de niños está en las redes sociales, pero muchos de ellos no toman las medidas necesarias para protegerse online. Estos pequeños se están exponiendo a que les hagan daño y son vulnerables a acosadores, explicó.

Hay que destacar que el gran problema detrás de esos perfiles es la mentira y que incluso los padres son permisibles al respecto cuando a sus hijos menores de 13 años le crean una cuenta en Facebook.

Al respecto De Zaghini considera que en los niños el abuso de estos esquemas tecnológicos puede crearle aislamiento social y una confusión del significado de socializar, factores que podrían crear, por ejemplo, una disminución en el rendimiento académico o en la interacción con otros niños.

“La naturaleza del problema también demuestra que si un niño se expone por demasiado tiempo a estas redes se creará un posterior efecto de distracción y concentración, una consecuencia que incluso ya se ve en adultos que han aprendido el uso de las redes móviles”, explicó.

¿Qué se debe de hacer?

La principal recomendación tiene que ver con el lugar donde está ubicada la computadora. Esto le permitirá a los padres ejercer un mayor control sobre la experiencia de los hijos en estas paginas.

Por otra parte la especialista es del criterio que es bueno que el niño interactúe con sus padres por Facebook, siempre y cuando esto no sea un sustituto de las conversaciones cotidianas o los momentos de diversión de la familia.

“Debo agregar que lo ideal es que Facebook debería de procurar que los perfiles de menores fueran solo accesibles para su lista de contactos aprobados para evitar problemas de acoso o de inseguridad”, puntualizó De Zaghini.

Por último hay que recordar que es bueno que los padres conozcan las contraseñas de cada perfil para poder monitorear y actuar en caso de ser necesario, por ejemplo si se presentan episodios de ciberacoso con los compañeros de clase.

Al final, todo es cuestión de educación, formación y aprendizaje.