“No importa lo que pase, no dejes de cantar”, es la frase de cabecera que utiliza el mediático personaje norteamericano Steve-O, conductor del programa Karaoke Killer, para recibir a los seis concursantes que se presentan durante casa episodio.
Cada ganador es elegido por el voto popular y avanza hacia la siguiente ronda, donde los vencedores se enfrentan por US$ 10 mil en premios. Para eso, deben cantar algunos éxitos pasados y otros modernos de la música mundial.
Pero no es tan sencillo. Deben interpretar las canciones durante 90 segundos, mientras se someten a muchos de los miedos más profundos que un ser humano puede tener. Por ejemplo, este hombre, recibe descargas eléctricas en su cuerpo mientras debe simular que es un camarero y, además, interpretar la canción.
Algunos de los participantes ni siquiera logran pronunciar una estrofa entera de las canciones, ya que las sorpresas los inducen, directamente, a proferir insultos y asustarse. Aquí, la actuación de un hombre, que no pudo entonar las notas porque, en sus pies, tenía un conglomerado de tres especies diferentes de reptiles.
Hubo entre los participantes, también, una mujer que debió interpretar una letra pop, mientras la producción del programa la obligó a sumergirse en una pileta repleta de víboras acuáticas.