Los amaños y los fantasmas

El gol ???in extremis??? de Dragón sacudió los fantasmas de lo peor del deporte. Una herida que está lejos de cicatrizar en el fútbol nacional

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??scar Jiménez, jugador del CD UES, sirve un balón ante la marca de Jackson de Oliveira de Dragón / Foto Por EDH - René Estrada

Por Gustavo Flores | Twitter: @Gusflores21

2017-05-01 5:10:23

Desde que a “Miguel Montes y su banda” se les ocurrió la impúdica idea de vender partidos para hacer algo de pisto, la mancha de los amaños se instaló definitivamente en el fútbol salvadoreño. No hay vueltas: Cualquier error o cualquier circunstancia negativa va a ser sospechosa. Mancha que llevará años o décadas quitar con generaciones de jugadores limpios que nada tienen que ver con sus antecesores pero que deben -y deberán- demostrar honestidad a cada paso, en cada partido, en cada jugada.

Por eso, no extrañó que las palabras “amaño”, “arreglo” o “favorcito” fueran la más repetidas el sábado por la noche tras el gol de Dragón en la última jugada del último partido de la última fecha. Tras ese gol que decretó el descenso de la UES, se agitaron los peores fantasmas desde distintos puntos, en los estadios donde jugaban los protagonistas, en las redes sociales. Ni hablar en las tribunas de la Universidad.

En la semana se había hablado mucho del tema. ???Que los favores, que el alcalde, que los vecinos, que el Barraza…’ Y los hechos salieron tal cual varios ???malpensados’ habían pronosticado…

Hay algo claro. Ni la UES ni Dragón merecían seguir en Primera División. No por sus jugadores o circunstanciales cuerpos técnicos. No.

Por sus dirigentes, que fueron campeones en el torneo de las deudas. En el caso de Dragón, estos directivos y los anteriores se encargaron de destrozar a un equipo campeón en apenas un año. En el caso del CD UES, sus irresponsabilidades perjudicaron a todos sus planteles durante siete años.

Está claro que tampoco Chalatenango merece estar en una división mayor con sus constantes atropellos a los ¿derechos? de sus jugadores. De una vez por todas se deberían poner firmes en la Fesfut y parar la avalancha de abusos laborales de los equipos de Primera.

Pero la palabra hoy es otra. Pasarán generaciones para que no se vuelva a hablar de “amaño”. Un fantasma cortesía de “Miguel Montes y su banda”.