Lo dijo el propio seleccionador nacional, don Eduardo Lara, “no estamos para ponernos a elegir” contra quién jugar. En otras palabras, la Selección no está para ponerse los moños y decir con este juego, con este otro no, por mucha devaluación que eso conlleve. Y siguió el técnico, parafraseándolo, dijo, no vengan con que la Selección tiene que jugar solo con selecciones, lo puede hacer, también, con “equipos de primer nivel”. Pregunto ¿El Olimpia hondureño es de “primer nivel”?
Si es así, pues perdonen… Pero, sinceramente, yo creo que con ese supuesto fogueo de la Azul y Blanco con el cuatro catracho está de más -sí supuesto porque hasta hoy, y como es habitual, la Fesfut no ha abierto la boca para decir si es así o es falso el rumor del amistoso con los hondureños-.
O sea, ni es de primer nivel, ni es un cuadro que pueda descubrir falencias por parte del técnico colombiano por más que me vengan a decir que un equipo está mejor conjuntado que una selección y el entendimiento es mejor. Sí, pero es un equipo y no una selección donde se supone están los mejores futbolistas de un país. ¿O no? ¿Qué hacer? ¿No había alternativas en el Caribe, como San Kitts and Nevis, por ejemplo? Sí, la selección que sacó canas verdes a Albert Roca u otra que no esté en competición del área. Digo, pues, si de aprovechar el viaje y los viáticos se trataba. Parafraseando a don Lara era mejor decir, “no nos dejan elegir contra quién jugar”.
Estamos a expensas de los contratistas, de quienes deciden que es más rentable jugar con equipos con afición en la Unión Americana y no con selecciones que no jalan mucha gente. Pero la culpa es de todos nosotros, que criticamos sin actuar, que hemos permitido todo el deterioro con la cabeza agachada.