Karen Landaverde, con 27 años de edad, sigue marcando la diferencia en cuanto a las legionarias del fútbol salvadoreño. Fue parte de River Plate junto a Alejandra Herrera en 2015, en 2018 jugó con el CD El Ejido en la segunda femenina senior de Andalucía en Almería y este año será parte del CD Universidad de Burgos – Nuestra Señora de Belén, de la Primera Nacional de España.
Esta división, tercera en el nivel jerárquico del fútbol femenino español, contempla siete grupos de 14 equipos, de los cuales, el campeón de cada grupo pelea ascenso a la Segunda División y los últimos tres equipos bajan a la liga inferior.
Con este contexto, la salvadoreña terminó la temporada en El Ejido con 18 goles en 19 partidos y luego de participar en un torneo de copa, la llamaron de tres equipos, con los cuales entrenó, pero decidió finalmente unirse al equipo de Burgos, que juega en el grupo 5 de la Primera Nacional.
“Fueron muchas sensaciones, felicidad, porque cuesta salir del país y que alguien te vea para estar en una liga, es algo de no creer, pero a la larga es presión, porque al ser internacional se espera mucho de uno”, comentó a El Diario de Hoy desde la ciudad de Burgos.
Su presente
Landaverde viene de recuperarse de una rotura en los isquiotibiales durante septiembre, algo que la alejó de las canchas por varios meses y está retomando el ritmo de competencia. Ella debutó el domingo pasado ante el Atlético de Madrid C, entrando en los últimos quince minutos del partido que perdió su equipo.
“Fue un mes y medio que estuve reposando, fue algo muy duro por la ansiedad de entrenar, me tardé tres semanas más en terapia y entrenar específico, ahora gracias a Dios se pudo hacer la ficha, ya pude debutar, estoy agarrando ritmo”.
Karen explicó que, a pesar del cambio importante de ciudad, ya que viajó de Almería a Burgos, escogió al equipo por su infraestructura y por las condiciones que le ofrecieron.
La jugadora más joven del equipo tiene 15 años; Karen será la mayor del grupo junto a María Barbate, que tiene 24 años. Después, todas son menores de 22 años. “El equipo tiene una intensidad de juego increíble, será algo bonito juntar la experiencia con la energía que tienen ellas, es un grupo sano, me acogieron bastante bien”, relató.
Sobre la liga donde está comenzando a tener minutos, la salvadoreña relató que tenía la misión de dar el salto de categoría y destacó los niveles y el ritmo rápido de juego que tiene el fútbol femenino y la relevancia que le dan.
“Para ir al partido, hay un autobús especial para el equipo y a todos los partidos. Lastimosamente en el país hay talentos, pero los directivos tienen que buscarse la vida por un bus que sea digno de transportar a las jugadoras”, contó, como ejemplo de contraste con lo nuestro.
Agregó que en el equipo llevan un control de los periodos menstruales de las jugadoras, para evitar que sufren lesiones o incomodidad. Así mismo, destacó que en su club hay duchas para bañarse luego de los partidos, infraestructura que brilla por su ausencia en el medio salvadoreño para las mujeres.
Identidad
Karen explicó que también en su nuevo equipo buscan fomentar el sentido de pertenencia de las jugadoras, ya que les dan un carnet de socia del club, para poder ver todos los partidos de local del equipo masculino, que juega en la cuarta división nacional española.
Además, le han dado la oportunidad de ser entrenadora de un equipo alevín femenino (10-12 años), para buscar que las niñas se proyecten en el futuro como una jugadora del equipo mayor en unos años.
“Tienen desde los seis años equipos solo de niñas, es bien bonito, porque es el único club que tiene solo niñas y participan con niños en los torneos, a ellos no les interesan mucho los resultados, lo que nos piden es formación, desarrollo e integración de las niñas”, comentó.
“Es un sueño, porque me gusta ser entrenadora, lo que un día aprendí, puedo decir que Norberto Huezo, que fue mi entrenador, me hizo como futbolista y es muy importante tener ese referente, que una niña recuerde que yo le transmití algo de lo que aprendí”, aseguró en cuanto a su rol como técnica.
Finalmente, Karen valoró mucho que su paso por el fútbol “personalmente es un milagro, un día le hice una petición a Dios y ocho años después me lo cumplió, cuando ya estás acá te das cuenta lo difícil que es salir, cuando no hay una liga visible, mientras no se apoye al fútbol femenino en mi país es bien difícil abrir camino”.
La temporada dura 26 fechas, en dos vueltas, donde lucharán por ascender o mantener la categoría.
