Un gol de Bladimir Díaz, a dos minutos del final, obligó a un partido extra por la salvación entre Sonsonate y Dragón. Por esto, los cocoteros también perdieron su cupo en Cuartos.
En Chalatenango se había concentrado mucha de la atención en esta jornada, porque los dos equipos estaban involucrados con el descenso y con repercusión en lo que sucediera en San Miguel, entre Dragón y Limeño. Al final, el empate sin goles en San Miguel y el triunfo de Chalate (2-1) sobre Sonsonate, deja a estos últimos igualados en puntos en la acumulada (43) y según bases de competencia, habrá partido extra por la salvación entre cocoteros y mitológicos.
Sonsonate, al mismo tiempo, perdió las posibilidades de jugar en los Cuartos de final, ya que las mismas bases dicen que el equipo que esté involucrado directamente con el descenso, no podrá participar en la siguiente ronda de la clasificación. Por eso, la amargura en los occidentales fue mayor.
Y es que, en un abrir y cerrar de ojos, los sonsonatecos pasaron de la felicidad, al sufrimiento. Dominaban el partido y se veían más próximos a encontrar el segundo tanto, que los chalatecos, que todo el partido lo jugaron a contragolpear.
A falta de dos minutos para el final, el colombiano Bladimir Díaz, quien había sido bien marcado por los jugadores cocoteros, sentenció la victoria con un tanto de cabeza (88’).
Foto/ René Estrada
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La afición de Sonsonate, que llegó en un buen número, no lo podía creer. Fueron mayoría en el estadio Gregorio Martínez, se hicieron sentir en el partido, pero terminaron yéndose con mucha frustración, pero con la esperanza intacta en la salvación.
Con el “Sí se puede…”, justo después del pitazo inicial, los sonsonatecos guardaban muchas esperanzas de que lograrían el objetivo. El equipo visitante tuvo mayor control de la pelota y quien también fue constante con las llegadas.
Adelantado en sus líneas (3-5-2) llegó haciendo diagonales, pero no había claridad sobre la meta de Ismael Valladares, quien era bastante respaldado por su línea de cuatro defensas (4-4-1-1), manteniendo orden también con la media cancha.
Prácticamente, Chalate estaba jugando el contragolpe. Pero el equipo fue efectivo, cuando en la primera aproximación, a través de un tiro libre por la derecha, Moisés “Chocho” Mejía sorprendió con una barrida, para mandar la pelota al fondo de la red (21’).
Con esta anotación y a pesar de que el marcador seguía empate en el oriente, en los sonsonatecos había mucho nerviosismo. Los aficionados en la cancha hacían cuentas y el equipo cayó en constantes imprecisiones.
Para el segundo tiempo, Irving Valdéz llegó por Zavaleta, para aumentar la presencia en el ataque. Sin embargo, en un tiro libre que generó Fagúndez, Christian Sánchez lo convirtió en un gol, que fue más celebrado que un título.
El volante nacional, con más colocación que potencia, hizo pasar la pelota sobre la barrera y venció a Valladares, quien no llegó a pesar de la estirada por la pelota (47’).
Abrazos y hasta algunas lágrimas de felicidad brotaron con este tanto. Regresó el grito de “Si se puede” y acompañados de oraciones, pedían también ir por el segundo tanto.
El equipo presionó, encimó por ambas bandas y estuvieron a punto de hacer el milagro con un cabezazo de Luis Copete, que se fue sobre la portería.
Sin despegar el oído de la radio, donde hasta Ernesto Góchez, miembro del cuerpo técnico de Sonsonate, estaba con uno en el banquillo para escuchar lo que pasaba en el otro partido. Los momentos de tensión hicieron que el partido terminara con todos los seguidores de pie.
Hasta que llegó el gol de Díaz, luego de una buena jugada de José Barahona, por la izquierda, con el que el estadio vivió una mezcla de sentimientos. Alegría para los chalatecos, de agonía para los sonsonatecos, que terminó en resignación, cuando se confirmó el partido por el no descenso.