No es que Limeño mereciera del todo el empate, pero tanto esfuerzo y la chispa de sus suplentes, sobre todo del nigeriano Frederick Ogangan, dieron al equipo santarroseño un punto refrescante como local ante Dragón, pero que en lo meramente estadístico se queda demasiado corto para lo que aspiran.
Los cucheros vinieron de menos a más en el partido, pero no tanto en fútbol como en desesperación. Sí fueron los que más y mejor uso le dieron al balón, pues los verdolagas fueron renunciando a la posesión al verse cómodos con el gol tempranero que marcó Yuberney Franco.
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Para comenzar había mucho vaivén en el centro del campo y muy poca llegada, poca claridad en el tramo inicial de reconocimiento. Pero a los 14 minutos apareció Erick Villalobos psra servir un pelotazo al palo izquierdo, desde el costado derecho, donde la cabeza del colombiano Franco conectó el balón y a fuerza venció la atajada del aquero Kevin Carabantes a ras de piso.
Un intento similar pudo poner el segundo tanto de los mitológicos, apenas segundos después del 0-1. Limeño también dispuso de una clara para empatarlo tan solo un minuto después: tiro de esquina buscando el corazón del área, Meme González sale en falso sin poder controlar con las manos y Diego Coca conecta un centro para “Puma” Peña, al que le bloquearon el remate de zurda.
Ya entonces era más Limeño, había recuperado la pelota y habia conseguido buena circulación por los costados, ya que al frente del área no se le daba. Jairo Henríquez concretó otra buena chance ante el area dragoniana, pero con un disparo de diestra que voló por encima de la escuadra. Al cierre de la primera mitad, el volante tuvo otra clara con un disparo muy cerrado que impactó en la red externa de la portería.
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Limeño tuvo que reescribir en su pizarrón durante el descanso. Tras remover a Fuentes y Gutiérrez, sin efectiva participación, Wilfredo Cienfuegos y Frederick Ogangan entraron para dinamizar la delantea auriazul y l lograron, pero sin el efecto deseado. Es porque Dragón ya tiene especialidad en cerrar espacios y cortar buenas jugadas de toque y combinación, como las que intentaron los santarroseños.
Pero llegó la igualdad y fue gracias a la paciencia y también a la presión que desde las gradas les hacía la afición. A los 78 minutos, pase filtrado para Ogangan, quien se desmarcó entre los centrales y apenas acomodo para puntear el balón de derecha, ante la salida fallida de Meme González a ras de piso.
Un gol como balde de agua fría para Dragón, pues estaba sacando tres puntos que lo alejaban más del descenso y a la vez los metía entre los ocho primeros lugares. En cambio, la bocanada de aire que pega Limeño es corta, pero es mejor que nada.