Aunque el estadio no estuvo en su plenitud, los pocos aficionados chapines que llegaron al estadio generaron un ambiente bastante hostil, algo al que se tienen que ir acostumbrado muchos de los jugadores salvadoreños, ya pensando en el partido frente a Honduras, pues en este encuentro pareció que a muchos les afectó, situación por la que se terminó perdiendo el partido (1-0).
Como Ramón Maradiaga avisó en la mañana, el planteamiento que utilizó conforma el 90% del equipo titular que jugaría contra Honduras, con un esquema 4-4-1-1, algo que trató de mejorar en comparación del último amistoso frente a Panamá.
Los primeros minutos fue donde la Selección mostró soltura, al intentar jugar a ras de piso, bajo el ritmo que imponía Jaime Alas, quien rotó con Mayén como el nexo entre la media cancha y el delantero.
Fue la Selecta quien tomó la iniciativa con algunas llegadas de peligro, como el tiro de Jorge Morán (5?), que detuvo sin problemas el portero Paulo Motta o la centralización de Dustin Corea, que no encontró a ningún receptor en el área, después de que él abandonará ese sector, dando muestra la necesidad de otro punta.
Sin embargo, las sensaciones eran gratificante hasta para el mismo Maradiaga, quien aprobaba con aplausos la iniciativa mostrada por el equipo salvadoreño. Poco a poco fueron desapareciendo con los errores defensivos, uno de ellos que terminó con el gol en contra.
Un exceso de confianza del portero Hernández, al recibir la pelota, donde se paró en el balón y pasa con inconvenientes a Henry Romero, quien también mostró lentitud al querer controlar y fue robada por Jean Márquez, quien tras perfilarse sacó el tiro que sufrió un leve desvío en zaguero salvadoreño que terminó descontrolando a Hernández, para atajarlo.
El gol generó rotaciones en la idea inicial de Maradiaga, con el cambio en las laterales entre Larín y Morán. Mientras Henry Hernández fue culpable de dos o tres ocasiones que pudieron terminar en gol en contra, fallando en la salida.
La selección terminó jugando la primera parte sin profundidad, perdió la idea de juego y generando muchas oraciones cada vez que el balón llegaba a la defensa, con lo que la afición local gozó, metiendonse en muchas ocasiones con Hernández, para hacerlo sentir mucho más nervioso.
Una leve mejoría
Aunque Ramón Maradiaga abandonó con cierta molestia la cancha, para el segundo tiempo, el equipo no sufrió cambios para el segundo tiempo. Con lo que trató de mantener la idea, que con el toque corto encuentra funcionalidad, pero intrascendente cuando se le da transición en ataque, por solo tener una alternativa en el ataque, con un solo delantero.
Situación que quedo en evidencia cuando se le quiso dar idea en el ataque, pero sin mayor alternativa en ataque. Una de ellas cuando se necesito aprovechar una complicación del portero Paulo Mota, donde Larín de izquierda sacó un remate, que el portero soltó y terminó siendo despejado por la defensa (64?).
Más tarde llegaron los cambios, pero manteniendo el mismo esquema, sin mostrar una mejoría a pesar de la situación donde lo árbitros no quisieron pitar penal, ante el claro agarrón en el área sobre Santos Ortiz (70?).
A Guatemala los cambios le pesaron, pues el equipo perdió profundidad y permitió la mejoría salvadoreña, donde Alex Larín volvió a incomodar con un disparo que pasó arriba (74?), volviendo a estar cerca de un empate.
Ahora solo quedará reflexionar y buscar afinar detalles de cara al próximo amistoso, el 9 de marzo ante Nicaragua, último ensayo previo a la serie contra Honduras.